Cómo has podido, oh,bien,dejar de amarme?
Caí en tus brazos como un cisne herido
La tarde aquélla...Dí,¡¿cómo has podido
dejar de amarme?
Entre tus brazos, ave dulce y mansa,
Cerré los ojos en fervor celeste...
Tú me llevabas por el bosque agreste,
Vencida y mansa.
Tú llevabas blanco como el mármol
-Fiera que arrastra el ave a su guarida-
¡Cómo en tus ojos me espantó la vida,
Oh, tú de mármol !
¿Recuerdas bien? Cuando cayó la noche
Desnuda el alma sobre tu alma estaba...
Tú la mordiste sin piedad...callada
Dulce la noche
Tú la mordiste bajo el cielo puro,
Todo estrellado.Maldiciendo todo,
Tú la mordiste;le escupías lodo
al cielo puro.
Yo repetía bajo tu alma helada:
¡Piedad de Dios! ¡Piedad! ¡Por las estrellas!.
Oh, tú eres sólo un gran montón de huella,
¡El alma helada!
¿Cómo no te arrancó piedad celeste
este temblor de mi alma, esta dulzura?
¡Cómo no destiló de tu armadura
Piedad celeste?...
Alfonsina Storni