Has venido a posarte hasta mis vástagos,detestas este olor a sarmiento encendido y aún asíte acomodas,permaneces.(son racimos de sombra la que arrancan tus garras,coágulos de sangre lo que tu boca ansia)
Así que fundiamos nuestros cuerpos,largos rios de lava anegaban tu cuerpo,sus rincones(las membranas ocultas y rojísimas),y un estremecimiento,un espasmo telúrico contría tus músculos como si un golpe informe te desgarra el alma hasta saciarse.
Eras sólo rozar tus humedales y saberte vencida,arrellanada,en el éxtasis del nuevo gozo,sumida en uan suerte de existencia carnal,luminaría la noche,encendida en la sombra.