Hoy esta el foro muy solitario... tengo la impresion de estar aqui sola, claro que es sabado

voy a escribir algo para que asi este foro siga creciendo, espero que os guste, es de P.V.R. de Galicia.






Avanzaba despacio; no tenía prisa ni destino definido, tan sólo había salido a dar un paseo arropado por la noche. Le apetecía estar a solas consigo mismo, aunque notaba que alguien le seguía. Comenzó con una leve sensación, pero acabó siendo una confirmación.
Escuchaba pasos detrás de sí. A pesar de tener curiosidad sobre quién podía ser, no giró la cabeza, ya que cabía la posibilidad de que fuese alguien como él, un paseante solitario en busca de tranquilidad.

Intentaba a cada paso introducirse en la nada, dejar su mente en blanco. No resultaba fácil, la idea de que ya estaba pensando en nada le invadía cada vez que creía haberlo conseguido, por lo cual, esa idea podía considerarse una mancha negra en la blancura que perseguía. Daba la impresión de ser algo paradójico: la negra noche albergando una mente blanca. Al paseante no se lo parecía, la noche era su mejor aliada para no pensar en nada.
Los días resultaban demasiado ocupados como para buscar un momento de tranquilidad.

No contaba con nadie para acompañarlo en su paseo, estaba solo y aseguraba no preocuparle. Decía que la vida con alguien solamente aportaba problemas y preocupaciones. Algunos se reían de su ocurrencia, otros le consideraban un amargado y los demás compartían su opinión. Fuera como fuese, estaba solo por decisión propia.

Contaba por ahí que su vida había sido difícil; sus padres no se preocuparon de él mientras fue un niño, a sus abuelos apenas los veía, tampoco había tenido demasiado roce con sus tíos y sus primos y no tenia hermanos. Al crecer comenzó a relacionarse con gente de su edad, involucrándose en un grupo de amigos del que salió cuando tuvo su primera y única novia. Tiempo después, la relación acabó y él se quedó solo. Siempre solo.

Rechazaba aquello que podría suponerle felicidad junto a alguien, cualquier relación afectiva. No le interesaba querer a una persona que lo dejara abandonado cuando menos lo esperase. Nunca nadie se había quedado con él mucho tiempo, y aceptaba con recelo el simple amago de amistad. La gente lo veía como un bicho raro, pero solamente se trataba de alguien falto de cariño.

Su paseo continuaba sin rumbo, no tenía intención de llegar a ningún sitio en concreto. Volvió a escuchar los pasos que venían detrás de él. Se le ocurrió mirar, pero no vio a nadie. Continuó caminando y escuchó de nuevo los pasos. Se paró en seco y ya no oyó nada. Retomó el caminar y la histria se repitió . Cansado de todo esto decidió apretar el paso y dirigirse a su casa.

Al llegar a su solitario hogar sintió hambre. No le apetecía preparar nada, así que cogió galletas de un estante. La promoción de éstas ofrecía citas anónimas y frases célebres. Abrió la caja sin demasiado interés por la oferta, pero al ver el trozo de papel que había en su interior sintió curiosidad. Lo cogió , lo desdobló y leyó: "Los recuerdos siempre nos persiguen; si oyes sus pasos, no corras porque ellos continuarán la persecución. Anónimo".

Aquello le hizo pensar en su paseo. !Bah! podría ser casualidad. Sin embargo, sintió ganas de ponerse a caballo del mundo y decir: "Los recuerdos del ayer están conmigo. Buscaré nuevos recuerdos a partir de mañana para que me hagan mejor compañía".
Siempre se iba a la cama con el mismo pensamiento, aún sabiendo que no haría nada por cambiar su vida. La soledad estaba tan metida en él que, realmente, era lo único que lo acompañaba. !Qué ironía!.

Fin

Esto lo pongo aqui para que quien lo quiera leer se entretenga un ratillo chico pero en especial se lo dedico a una buena persona que siempre siempre con el paso de los años me acompaño y me comprendio.

muchos besoss para todos