"Los orígenes del destino..."
Desde los tiempos más remotos donde la imaginación no puede llegar, los dioses gobernaban el destino de sus pequeñas criaturas. Estos dioses decidían de forma casi espontánea como querían que fueran sus vidas, unas veces las movilizaban, otras las asustaban, e incluso también otras las utilizaban como juegos de azar para satisfacción de sus impulsos.
Durante siglos las pequeñas criaturas eran víctimas de la chanza y esparcimiento de los dioses, donde sus vidas no eran más que los puntos de victoria de los mismos.
Pero un buen día, ante el inmenso caos que gobernaba la tierra y el cielo, surgió de nada el poder absoluto que confluiría en un mismo ser de carne y aura.
El abismo parecía haber comenzado: los dioses lamentaban y castigan enojados el poder que les había sido arrebatado, y las insignificantes criaturas que poblaban la tierra deambulaban desconcertadas sobre las llanuras de lo incierto. Era palpable el mare magnum que recorría el cósmo y cómo la obscuridad parecía inundar todos los rincones de la existencia humana.
Pero frente a la decadencia que parecía gobernar, el poder absoluto ya había planeado el destino de sus criaturas. Había permanecido en silencio durante miles de años, permitiendo que los falsos dioses gobernaran, hasta descifrar el secreto de sus criaturas.
Amaba de tal forma a esos limitados seres, que decidió hacerlos a semejanza de sí mismo. Les concedió el poder de gobernarse a sí mismos, la fuerza de cambiar sus vidas por sus logros, el sentido del llanto , la alegría y la tristeza… y además les regaló el tesoro más preciado que tenía: amor.
De este modo, los insignificantes seres pasaron de ser esclavos de sus vidas a se los dueños de las mismas. Los rincones del alma estaban llenos de luz y en los jardines comenzaba a florecer un planta nueva de incalculable belleza: la rosa.
Pero a pesar de todo lo que había hecho, algo inquietaba al ser absoluto. Sabía que había seres que no encontraban su camino, sabía que había grandes obstáculos con los que no había contado y eso emborronaba su alegría.
Por este motivo, decidió hacer una segunda reconstrucción e interferir con pistas encubiertas las vidas de aquellos seres que merecieran ser felices y caminaran lejos del camino. Así surgió el llamado Destino, el único acto del ser absoluto que es fruto del amor para sus seres.
De este modo comenzó la proeza de un destino que parecía incomprensible:
Un buen día ,el poderoso creó dos seres para unir sus vidas, pero ante un descuido perdió el lazo de unión de ambos quedando destinados a vivir separados en los extremos del universo, desconociendo cada uno la existencia de su otra mitad.
Cuando el bondadoso contempló el agravio de su hazaña, lamentó con riadas de lágrimas la falta cometida.
Con cada lágrima que el poderoso derramaba otorgaba fuerzas a los dos seres, con cada sonrisa que expresaba daba aliento a sus tristezas.
Pero un buen día pensó que debía rectificar el daño y encauzar el camino que originalmente fue creado para un mismo destino.
"Ambos seres fueron creados para complementarse, a uno se le otorgó el don de la alegría, idealismo, calculador y la sabiduría; y al otro, el de la tristeza, realismo, la impulsividad y la inocencia, etc. Sabía que no podrían vivir separados porque serían presa de sus emociones.
Durante años probó sus energías, sus fuerzas y su valor para llegado el momento en que el sol se une con la luna poder juntarlos en uno.
Decidió tomar al más fuerte y dirigir su vida para buscar en el otro extremo del mundo la mitad que había perdido. Sabía que el tiempo se le agotaba, ambos seres estaban cansados y el segundo a penas tenía fuerzas para continuar, tenía que ser delicado y no perturbar las vidas que habían ido forjando cada uno.
Llegó el momento y ante una simbiosis de plenitud infinita se descubrió el secreto de sus vidas en tan sólo una mirada. Cada gesto, cada beso, cada palabra, cada momento que compartían era cómplice el universo entero.
Habían encontrado su imagen reflejada en el otro, el sentido de sus vidas, el camino que buscaban y eso… les concedió el secreto del inmenso poder que tiene el AMOR "
Desde ese instante, el todo poderoso dejó en manos del destino humano el curso del final. La obra estaba completa, ya podría descansar en un manso sueño donde no volviese a interferir jamás en las vidas de los humanos.
Se dice que la historia del Destino se construyó bajo las losas de amores perdidos que se buscan, que se añoran, que se estrañan,... Y que el destino en recompensa a la pureza de sus corazones, decide forjar en uno sólo el rumbo de sus latidos.
Besos