Buenas tardes Amor:
Desde anoche estoy pensando en ti y en todo lo que me has dado, quería agradecerte que te hayas cruzado en mi camino en todas tus formas, como madre, como hija, como amiga, como amante, si bien, sobre todo como esto último, porque he tenido la gran suerte de conocerte en todo tu esplendor, en todas las etapas de mi vida. Siempre he ido acompañada, a tu lado, me has cogido la mano y aunque alguna vez renegué de ti por hacerme daño, te has empeñado en seguir conmigo.
Me gustaría que le dieras las gracias a ese aliado tuyo ¿Cómo se llama? Ummm un chiquillo regordete y sonrosado, de pelo rizado y rubio, con alas en la espalda y unas flechas que ¡caramba! Cuando dan en el blanco no hay cristiano que te salve ¡¡Cupido!!, sí, eso es, su nombre es Cupido, me gustaría, repito, que le dieras las gracias por hacer que me enamorara de este ser con el que hoy comparto mi vida, (esta vez si que acertó), porque gracias a él te he conocido como jamás antes Amor, he visto tu faceta apasionada y sensual cuando me besa y acaricia, la dulce cuando me dice te amo en un susurro, la tierna al abrazarme suavemente, la divertida cuando reímos juntos, la solidaria en los momentos difíciles, la trágica, no con él, pero sí en otros momentos de mi vida que me han servido para aprender a valorar lo que hoy tengo, quizá por todo eso estuve pensando en ti Amor y me siento afortunada por tenerte en mi vida.
No dejes Amor que el odio, la rabia y la envidia se adueñen de los corazones, grita alto que existes, que estás aquí, entre todos nosotros y que para verte sólo hace falta cerrar los ojos y mirar con el corazón, con la verdad, con el alma. Hazte presente en todos aquellos que han perdido la esperanza, siendo soplo de brisa suave, sinfonía musical, trino de pájaro, perfume de una flor, sonrisa de niño, siendo tantas y tantas cosas maravillosas que a menudo nos pasan inadvertidas.
No te entretengo más querido mío, aún has de visitar muchos lugares y gentes, cuelate despacito por las ventanas, no sea que se asusten al verte aparecer, conmigo ya no te queda trabajo que hacer, el mío es ya un amor maduro que sabe lo que quiere y necesita.
Buena suerte mi buen Amor, que todo te sea propicio y si alguien te cierra sus puertas, no sufras, vuelve aquí conmigo, que en mi encontraras tu cobijo.
Hasta pronto Amor, te deseo lo mejor.
Dosalmas