Disfrutar de la
¿Alguna vez has tenido mucha hambre y has abierto una bolsa de papas fritas y has empezado a metértelas en la boca? Unos minutos después, se sorprende al ver que se comió toda la bolsa. Si es así, ya sabes lo que significa "masticar sin sentido".Por otro lado, comer atentamente es un enfoque más lento y reflexivo de la forma en que comemos alimentos. Este concepto toma más tiempo para comprenderse y aún más para integrarse completamente en la práctica diaria.
La clave para un enfoque equilibrado con la alimentación consciente es entender que la alimentación tiene dos propósitos igualmente importantes: la nutrición y el placer, según Sheena Quizon Gregg, dietista titulada y subdirectora del Departamento de Promoción de la Salud y Bienestar de la Universidad de Alabama.La comida tiene dos propósitos igualmente importantes: la alimentación y el placer.
"Darnos permiso completo para comer todos los alimentos nos permite explorar los antojos de nuestro cuerpo sin culpa ni juicio. Equilibrar la ingesta de alimentos que son nutritivos para nuestro cuerpo y placenteros para nuestro cuerpo puede ayudarnos a participar en una experiencia alimenticia significativa y atenta que, en última instancia, conduce a una relación saludable con los alimentos", explicó.
Comer atentamente es una experiencia que involucra tomar tiempo con nuestra comida e involucrar todos los sentidos. Una comida consciente comienza con parar todas las otras cosas y enfocarse en la comida y en la respuesta de nuestro cuerpo."Al comer con atención, estamos plenamente presentes durante nuestra experiencia de comer, sin la distracción de un televisor u otra interrupción para saborear verdaderamente nuestra comida de una manera no crítica. Esta experiencia nos permite ser plenamente conscientes de nuestra experiencia de comer y de la cantidad que nos satisfará en comparación con el "masticar sin sentido", dijo Gregg.El enemigo No. 1 de la comida consciente es el reloj. Los horarios ocupados y el ritmo acelerado del mundo nos obligan a hacer de la hora de la comida un espectáculo paralelo en un frenesí de tareas múltiples. Los teléfonos inteligentes tampoco ayudan. "El entorno digital de hoy y nuestros agitados horarios nos obligan a elegir alimentos basados en dietas, diagramas o conveniencia en lugar de aprovechar nuestros sentidos internos y las señales de lo que nuestro cuerpo está deseando en realidad en ese momento", dijo.