DOMA
Dómame en mil crines
enredadas en tus dedos,
en un canto que es galope,
en espuelas que estallan como besos,
en arneses que me ciñen
dulcemente a tu nombre.
Pastaré en nuestros prados sosegados
y luego iré a buscarte
lejos de los arroyos,
en el salvaje trotar de los silencios
para ser luna nueva
reflejada en tu espejo.
(Pura Salceda, "Versos de perra negra")