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Incompetencia de la clínica veterinaria Gerardo Capozzi de Valencia

Y
yovani_8063085
5/8/17 a las :22

Después de dos años siendo su clienta y confiando en ellos como la que más, no puedo sino expresar de forma muy tajante la incompetencia que me ha tocado sufrir en la clínica veterinaria Gerardo Capozzi de Valencia en cuanto a la valoración de la salud de mis ratas.



Desde mi falta de conocimientos veterinarios me he dejado aconsejar y he confiado en sus diagnósticos, así como en los tratamientos que me han ido ofreciendo. Poco a poco, al ir conociendo más de la rata como mascota, sus patologías más comunes y su forma de diagnóstico y tratamiento posterior, me he atrevido a sugerir en la clínica pruebas que consideraba que eran necesarias para saber con seguridad qué le sucedía a una de mis ratas y se me han negado con una justificación tan inexcusable como 'ya te digo yo que eso no es'.



Se ha medicado a mis ratas, a veces sin ninguna prueba y otras sin la prueba específica que podría darles la información necesaria para hacerlo.



Por suerte para una de mis ratas, pero por desgracia para tres anteriores que murieron jóvenes, decidí pedir una segunda opinión y luego una tercera. Y ante mi sorpresa, nadie coincidía con Gerardo Capozzi. Es más, se me recomendó externamente no darle el tratamiento cardíaco que tenía pautado después de ver su radiografía y conocer lo que sucedió con mis anteriores ratas, que relato más adelante.



Acudí a otra clínica donde al ver al animal, rápidamente y sin mediar apenas palabra, me sugirieron la imperiosa necesidad de realizarle las pruebas para la enfermedad por la que yo llevaba un año manifestando preocupación. No fue pequeña su sorpresa al saber que Piña, mi pequeña, había sido visitada multitud de veces en ese mismo estado y, no sólo no se le había hecho la prueba para descartar mycoplasma, sino que se habían negado a hacérsela por no ser ésta necesaria.



Una semana después del cambio de especialista ya lo teníamos: Piña tiene mycoplasma. Con posteriores radiografías se confirmó lo que ya se veía en la anterior realizada en Gerardo Capozzi (la cual arrojó el resultado, literal citando el historial de piña: 'pulmones ok. corazón ok. todo ok': Piña tenía el pulmón izquierdo colapsado.



Actualmente, por suerte, tanto Piña como sus hermanas están bien. Piña se está recuperando gracias a unos profesionales que están realizando todas las pruebas necesarias para conocer su estado de salud y tratarla adecuadamente.



No tuvo tanta suerte Paratu, quien fue medicada para el corazón a raíz de una radiografía en la que, posteriormente, se me ha indicado que se observaba claramente un problema pulmonar. Paratu murió después de 2 semanas alimentándola con jeringuilla, incapaz de respirar y de moverse y con un sufrimiento que aún me estremece recordar.



Tampoco la tuvo Pupete, que cuando empezó a mostrar síntomas de mycoplasma fue 'diagnosticada' de un simple resfriado. 'Ya pasa del año de vida, ya es mayor', se me dijo. Una mañana, al despertarme, se había ido.



Y la que más me duele actualmente por ser más reciente es Papaya, otra víctima. A poco de cumplir los dos años empezó a tener dificultades para andar, coger las cosas con las manos y trepar. Se arrastraba por la jaula y le costaba una infinidad comer. Al consultar, se la dio por 'una rata muy vieja con problemas de la edad' así, sin más. No se me propuso visitarla ni realizarle ninguna prueba. Igual que Paratu, vivió sólo dos semanas más después de que empezaran los síntomas. Ahora sé que lo más probable es que Papaya tuviera un tumor en la hipófisis, algo mortal de necesidad pero que permite alargar significativamente la esperanza de vida (con una buena calidad) con medicación. Aún estaría acurrucada conmigo en el sofá, feliz.



Me gustaría que todo aquel que lea ésto se plantee si alguna vez ha visto alguna cosa en la clínica Gerardo Capozzi que le haya dejado intranquilo, se le ha medicado a algún animal sin hacerle pruebas o se le ha muerto de forma pobremente justificada (incluso, posiblemente, pocos días después de que se le recetara un 'jarabe especial' para el corazón).



Pensad, tengáis gatos, carolinas, tortugas, conejos, cobayas, hurones, perros o cualquier otro animal, que sois libres de confiar en quien queráis, pero también tenéis el derecho a pedir una segunda opinión. Fue tarde para Paratu, Pupete y Papaya, pero no lo es para Piña, Banana, Fresa y Trufa. Espero que tampoco lo sea para vuestros peques.
 

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