La hermosa primavera

La primavera ha llegado dando vida y colorido;
árboles y otras plantas han florecido:
las flores con su bello color,
y los campos con su deslumbrante verdor.
Se diría que la vida volvía a renacer,
y contemplar tanta maravilla es un placer.
Yo ya no sé que planta contemplar,
pues todas poseen su belleza singular.
Entusiasmado y sentado sobre un campo de flores,
las cuales me fascinan con sus resplandores;
pienso y reflexiono sobre la riqueza
que nos ofrece y nos da la naturaleza.
En tan grandioso jardín todo es maravilloso:
como la floración de los frutales, ¡qué precioso!
Me parece vivir en un paraíso lleno de virtud,
donde todo es hermosura, amenidad y magnitud.
A mi lado se oye el murmullo de un manantial,
y su límpida agua produce una música celestial
al golpear unas piedras tan brillantes
que parecen enormes y preciosos diamantes.
También se oye un ruiseñor que amoroso
dedica a su bella un canto armonioso;
y esta dulce melodía que interpreta,
me complace, me emociona y me deleita.

¡Señor has creado un jardín digno de admiración;
gracias por nos otorgar tan grandiosa creación!