El blandiblú de toda la vida se ha puesto de moda de nuevo, parece que las redes sociales lo han hecho viral.
El caso es que mi hijo no para de pedirme que se lo compre. Ya le compré uno en Carrefour y otros dos en , pero no se conforma. Dice que quiere todos los tipos y colores de slime que hay. Se pasa todo el día con el jueguecito, se lo lleva a la cama, al baño, al colegio... está obsesionado.
No sé que le ha visto a esa masa pegajosa. Yo lo he probado y la verdad al manusearlo da una sensación placentera pero tampoco es para tanto. Tengo la impresión de que mi hijo se ha "enganchado" de alguna manera a esa sensación.
Tengo una guerra constante con él, no hay manera de quitarle eso de la cabeza. ¿Qué puedo hacer? Me tiene harta.