Forman la tercera edad las personas que, por sus años, ya no forman parte del mundo laboral, por lo que disponen de mucho tiempo libre.
Siempre se ha considerado que la vejez era aislamiento, descanso e ir dejando poco a poco de tener actividad y vida social. Sin embargo, en la actualidad, creemos que mantenerse útil y activo favorece las condiciones vitales de la persona.
En ésta, como en cualquier otra etapa de la vida, el disfrute y la relación con otras personas son elementos esenciales en la ocupación del tiempo libre; hay personas que optan por la actividad religiosa, lo que les lleva a implicarse en ocupaciones vinculadas a su parroquia. Para otros, las actividades de ocio y esparcimiento ocupan un papel importante dentro de su ritmo de vida (por ejemplo, asistencia a clubes y hogares, participación en viajes, asistencia a espectáculos) e incluso colaboran en actividades comunitarias y sociales.
Estas intervenciones se realizan desde las instituciones locales, regionales y estatales. La acogida que tienen demuestra claramente la excelente predisposición de las personas mayores a participar en todas aquellas actividades que les permitan desarrollar y ampliar sus capacidades físicas y mentales.