Dicen que tras la tormenta llega la calma, pero en mi alma no deja de llover. Escucho atenta más a veces solo encuentro el silencio doloroso, es vacío, es nada, es un cúmulo de cosas que tuvieron significado y tal vez tienen pero yo no se lo encuentro.
Recuerdos, transeuntes en mi mente que siempre llevan la misma dirección, guardados en el olvido, sin valor, desechados, abandonados...
A veces me pregunto: ¿ Y por qué llueve en mi alma ? No tengo respuesta para ello y tampoco solución. Llueve por que lo quisieron así, por que yo lo permití, por que no hice nada, por que no me moví, por que me quede quieta y solté de la mano a la esperanza. Todas esas personas que tiene sueños e ilusiones, esas mismas que luego te los arrebatan, porque no fuiste lo suficientemente buena, porque querían sentirse mejor, porque querían demostrar su superioridad aunque tuvieran que acabar con lo mismo que ellos perseguían. Ese yo, ese yo que aunque todos digamos que no siempre está presente. ¿ Humildad? Muchas personas saben lo que significa aunque no sean capaces de dar una definición de ello, más la mitad de ellas incapaces de ponerla en práctica ( la teoría siempre fue fácil ).Todo el mundo se mueve por lo mismo, el interés, así lo ha marcado la sociedad y así nos han enseñado, crees que das todo por que haces lo mismo que los demás, y los demás no dan ni lo suficiente.
Los sentimientos son metáforas de la vida, van y vienen, otras se quedan, a veces son espejismos, pero todos sabemos que aunque no sea vean, ni se toquen, duelen. Intentamos darnos cuenta pero a veces es tarde, juegan con ellos, los manipulan de unos a otros como si una partida de ping pon se tratara en el que tú eres la pelota, y en el momento en que sales de la tabla, has perdido, te has caido, y si no te vuelven a recoger muy dificil volver a subir al principo. Solamente esa brisa, ese aire que es capaz de levantar una ligera pelota de ping pon, es lo que nos hace levantar a nosotros. Una mano tendida, una rayito de esperanza, la sonrisa de alguien que te dice " tranquila yo estoy aquí, he venido a levantarte, me dejas?". A veces es demasiado tarde, no queremos, nos negamos, nos creemos tan fuertes que el orgullo mismo nos impide aceptar esa ayuda, y luego callamos y callamos y sabemos que en verdad nos necesitamos, que el mismo que un día me hizo daño ( una persona ) puede ser la misma que nos cambie. Pero lametablemente estamos tan cerrado a todo, tenemos tanto miedo que casi nunca nos dejamos...y ese es un error que cometemos. Nadie nos asegura que esta vez saldrá bien, nadie nos dice: "Ei, esta es la de verdad" porque nadie lo sabe, pero puede ser que si sea la de verdad y si pierdes la oportunidad, una entre un millón quizá, no vuelvas a ser tan afortunada, y la dejamos escapar por miedo, por que no creemos en nosotros, por que no creemos en los demás.
A veces una mano amiga consigue que en tú alma se abra entre las nubes un rayito de sol. Cuando yo crea en eso estoy segura que en mi alma dejará de llover.
By Powita