Mujer amorosa, deseosa y misteriosa
Fue aquella noche, que la vi aparecer en mis sueños. Tan radiante y hermosa. Su mirada de unos ojos cafés achinados que dejan sin sueño. Su hermosa y tierna sonrisa. Su larga y majestuosa melena ligeramente ondulada de un hermoso cabello negro azabache como la oscura noche. Su piel tan blanca, de una intensa palidez lunar. Sus gruesos y tiernos mofletes. Su muy alta estatura, que haría sentirme muy protegida a su lado. Sus abundantes y gruesas curvas de su hermoso cuerpo gordito. Largas y gruesas piernas y muslos, anchas caderas y nalgas, grande y abundante cintura, pechos ligeramente grandes. Aquella ropa que llevaba, que tanto le favorece. Una falda escocesa, una camisa blanca americana de botones ligeramente ajustada y unas botas negras mosqueteras altas de tacón. En cierto momento de descuido por el roce de una bocanada de aire fresco pude entrever su sensual ropa interior negra mientras su falda se subía ligeramente. Eso me hizo sentir aún más encendida de lo que ya estaba. Es y estaba demasiado hermosa. Me miraba con amor, le brillaban a los ojos, me sonreía, las dos nos acariciábamos los mejillas, el pelo, el cuello y los manos. Nos abrazamos con fuerza, nos agarramos de la cintura y las caderas y ella me cogió en brazos y seguíamos abrazadas. Entonces podía sentir el roce de sus pechos con los míos, me besó mucho la frente y nuestros labios se iban acercando cada vez más hasta que nos fundimos en un precioso, intenso y largo beso. Ambas nos emocionamos y nuestros ojos derraman muchas lágrimas. Escuché que entre lágrimas me decía "t'estimo, amor" (te amo, amor) con su preciosa, tierna y cálida voz, grave y suave a la vez. Entre tantos besos, abrazos, carícias, lágrimas y excitación acabamos haciendo el amor.
Espero saber que existes algún día. Saber tu nombre.
