[ dedicado a todos los oprimidos políticos del mundo;
con carácter especial a los de Sudán, Zimbaue, Corea del Norte y Miammar]
no,
nuestros besos ya no morirán;
de las tardes quemadas
no quedó más que oliente ceniza, más que oliente pobreza,
y, entre toda la angustia, yo recuerdo tus labios, amor,
porque nuestros labios aún servían para algo;
era
cuando día a día
nos temblaban repletos de heroísmo y tristeza,
pues nuestros besos eran lo que no querían llevarse:
el dolor;
[... nos besábamos dolorosamente contra la España nuestra]
nos besábamos, amor, para vivir;
amor, amor, para que algo viviera.
del libro Abrir y cerrar la vida.
http://www.oriondepanthoseas.com