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¿Os gusta la literatura romántica?

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ortzi_20359370
14/5/20 a las 11:05

Buenos días, soy un usuario nuevo del foro, que no de la página, siempre me ha parecido interesante para buscar esas cosas que no encuentras en otros lados. 
Hace unos años comencé a escribir, primero fantasía, luego ciencia ficción, incluso escribí un cuento para niños. Ahora estoy centrado un poco más en la romántica. Pero no la romántica de ahora estamos juntos, ahora nos separamos y después comemos perdices felices en tu casoplón de NY. Me gusta la romántica del día a día y precisamente de esa vengo a hablaros. 
Estoy participando en el premio anual que organiza Amazon en su página "El premio literario" y este año participo con una novela "especial" llamada Juramento de amor: Mil vidas para amarte. 
Y pensaréis ¿Que tiene de especial? 
Es una novela que habla sobre la reencarnación. ¿Alguién de aquí piensa que vivimos más vidas? ¿Que tenemos un alma gemela? ¿Conocéis la leyenda del hilo rojo?
Para quien no la conozca, esa leyenda se la resumo.
«Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia.
Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja. Este empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña  en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Luego, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.»
La leyenda viene a decir, que si estás destinado a una persona, pase el tiempo que pase, estés donde estés, acabaréis unidos. Y es en lo que centro mi novela, pero con alguna que otra licencia. 
Antes os hablaba de la reencarnación, y es una de las razones de la historia del libro, pero ahora para explicarlo, os voy a poner un fragmento del libro.
Espero que os guste  
Caminaba por las calles de mi ciudad natal, cuando me paré frente al escaparate de una librería. Nada casual que no hiciera cada semana, soy una ávida lectora y todos lunes compro un libro nuevo, que luego tengo que esconder y descontar de lo que me gasto en la comida para que mi marido no lo sepa, pero eso ya os lo explicaré más adelante.
El caso es que al pararme frente al escaparate de las novedades a mirar los títulos de los libros, hubo uno que me llamó la atención, "Recordando a María" y como portada, un trozo de una playa que yo conocía como la palma de mi mano. Tuve que apoyarme en la pared vecina y cerrar los ojos para intentar apaciguar el vértigo que acababa de sufrir, nunca antes me había sucedido tal cosa.
Mi mente me hizo viajar a otro momento, a uno que yo sabía que no había vivido, ¿por qué lo sé? Recuerdo cada instante de mi relación con mi marido y no he estado con ningún otro hombre, pero, sin embargo, ahí estaba yo en esa playa que sale en la portada del libro, ¿por qué? De todas las playas a las que he ido, ¿Por qué tiene que aparecer esa? Estoy tumbada sobre la arena, me siento feliz, viva, a mi lado un hombre, sé que no es mi marido porque su constitución física, no es la misma, ni el largo de su pelo, pero aun así me siento más amada que nunca, más de lo que me hace sentir Andrés.  De pronto un grito, mi alma y mi corazón se tensan y se relajan al mismo tiempo cuando oigo unas carcajadas, giro la cabeza y veo a dos pequeños jugar con las olas, un niño rubio y una niña morena, ambos sé que son mellizos, no sé por qué, pero mi mente y mi cuerpo así me lo dicen. Sé que son ellos, son mis hijos, nuestros hijos, míos y de ese extraño que me hace sentir la mujer más amada del planeta.
¿Qué acababa de pasar? ¿Qué había sido ese flash? No lo sabía, pero algo dentro de mí me decía que era un recuerdo, muy lejano, tanto que yo no recordaba haberlo vivido.
Cuando me recuperé, me metí un caramelo en la boca y entré en la librería, algo dentro de mí, una vocecilla que hacía años que no escuchaba, me decía que era importante. Avancé hasta la estantería, al lado de los libros había una silueta de cartón con la imagen de una mujer joven que me resultó muy familiar, acaricié el lomo del libro, era de tapa dura, publicado por una de las mejores editoriales de España, lo cual no me sorprendió, en esa librería solo anunciaban los mejores libros del momento. Abrí con cierto miedo la solapa, después del Déjà vu, no sabía qué pensar, por qué me podría encontrar; en el lugar donde ponen la imagen del autor mis ojos se llenaron de lágrimas sin saber yo por qué al ver esa foto, ese trozo de papel que daba imagen al hombre que había visto en mi mente y que para mí resultaba ser un desconocido. ¿Por qué mi corazón lloraba por él? Pasé la primera hoja, no sin antes acariciar con mis dedos esa imagen y leí la dedicatoria.
«Nunca imaginé lo que era conocer la felicidad, hasta que te conocí, nunca antes había sabido qué era amar, hasta que te encontré, nunca supe lo que era el dolor, hasta que te perdí. En otra vida deberé encontrarte, para volver a amarte»
Al acabarla una nueva imagen me sobrevino, una en las que las lágrimas, como ahora, brotaban de mis ojos sin poder contenerlas, la vez que me despedí de ese hombre, estaba en una cama postrado mal herido, a punto de morir, sentí como no podía verlo y me gire para irme, no sin antes jurarle que le amaría durante mil vidas.
©Javier piña Cruz 

Si os ha gustado el fragmento lo podeis conseguir en la misma tienda que cité más arriba, tanto en digital como en papel. 


 

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