HUEROT EL CASTILLO MALDITO
El rey Hrothgar de Dinamarca, mandó construir una preciosa ciudadela en la capital de su reino, y la cubrio con un techo de oro puro.
Para inaugurarla se celebró en ella una gran fiesta, y cuando todos los presentes habían comido y bebido en demasía, se presentó un enorme monstruo llamado Grendel, contra el cual nada podían hacer espadas ni lanzas. El monstruo los atacó mientras todos dormían y los mató devorándolos.
El monstruo pretendía devorar a todo aquel que quisiera pasar la noche en el interior de la hermosa ciudadela, por lo que el castillo fue abandonado quedando con la señal de maldito.
Ante el rey llegó tiempo después Beowulf, que pretendía pasar la noche con sus compañeros en Huerot. El rey le predijo lo temerario de su pretensión, pero como Beowulf insistía el rey aceptó su petición aunque con sumo pesar.
Al anochecer Beowulf y sus compañeros se acostaron en el palacio, y de madrugada llegó el monstruo Grendel, que de un solo golpe hizo pedazos la puerta de entrada introduciéndose en el palacio y matando a todos los guerreros que medio dormidos no consiguieron escapar.
Después se dirigió hacia Beowulf, que sabía que no existía arma alguna para detener al monstruo, salvo una espada mágina que nadie sabía donde se encontraba.
Beowulf apretó el brazo al monstruo con todas sus fuerzas, intentando este desasirse de él, pero la fuerza de Beowulf era tanta, que terminó por arrancarle al monstruo el brazo de cuajo.
Aullando de dolor, el monstruo corrió hacia su guarida, entonces los hombres desfilaron por la ciudad con el brazo del monstruo creyendo que éste había muerto.
La felicidad les duró poco, pues al llegar la noche se presentó otro monstruo. Era la madre de Grendel que venía para vengarse y recuperar el brazo de su hijo. Beowulf también luchó contra ella, para lo cual tuvo que bajar hasta las profundidades de una repugnante charca cenagosa, que era donde ambos monstruos vivían.
En medio de la lucha Beowulf vió los destellos de una espada mágina que los monstruos tenían escondida, logro cogerla y con ella le cortó la cabeza la cabeza a los monstruos, pues era la única manera de que no volviera a la vida. Al hacerlo todo el lago hirvió al entrar en contacto con la sangre de los monstruos.
Y a partir de entonces, la ciudad se vió libre de la maldición y el castillo pudo ser de nuevo habitado y brillar con todo su explendor.
Beowulf recibió ricos presentes y ganó la fama imperecedera de Héroe.
========
Siempre te gustaron las historias Tierra3, espero que esta mi querida amiga, haya conseguido entretenerte un rato.
