Siempre he creido que los amantes de los perros, exageraban y me parecian ridiculas las conversaciones en las que la gente hablaba de sus animales, como si hablaran de uno más de la familia, por eso hoy quiero pedir perdon, hace 7 meses que Brandy, una perrita cocker dorada entro en nuestras vidas, se la regalamos a mi hija de 10 años, y yo no queria perros en casa y antes de comprarla estaba convencida de que seria un error. En aquel momento me pudo más la ilusión de mi hija que mis propios deseos. Hoy soy yo la que no puede vivir sin Brandy, es un ser vivo maravilloso, cariñosa, buena, lista y obediente y ademas es una perrita preciosa. Ahora soy yo la que le digo cosas increibles a mi perrita con voz de tonta. Y poco me importa lo que piensen los que me escuchen. Por eso perdon a todos los que no comprendi y considere ridiculos por estar locos por su mascota.