Primer capitulo de una novela romantica
Hola buenas!! estoy escribiendo una novela romántica, y me gustaría tener opinión de este pequeño primer capitulo :
Habían pasado tres años desde la ultima vez que Leila había pisado su casa. Tres largos años intentando comprender por que la vida había sido tan injusta con ella, a pesar de que no lo había comprendido, era la hora de volver a casa. De reencontrarse frente a frente con sus recuerdos No estaba segura de si estaba preparada para dar ese paso, pero también estaba segura que asta que no lo diera , nunca sabría si lo estaba.
Quedaba media hora para que el avión saliese hacia Madrid. El aeropuerto estaba lleno de gente, niños tirados en el suelo jugando con juguetes, señoras mayores abanicándose mientras se quejaban del calor que hacia ahí y a tres asientos mas haya del suyo, había un chico que no dejaba de mirarla, moreno, ojos verdes y con un tatuaje en la pierna derecha que ponía: Destino. -Sonríe leyéndolo. -Se parece a el.-pensó. Aunque quizá no se pareciera en nada.
En estos últimos tres años toda persona que había pasado por su lado, que había conocido, siempre les había visto algún parecido con el. Es obsesión. -pensó. Vuelve a mirar al chico mas detenidamente, el gira la cabeza y la sonríe. Rápidamente aparta la mirada y mira el móvil como si nada. No, la verdad es que mirándolo mejor, no se parecía nada a el.
Mira la hora. Guarda el móvil y se levanta para ir al bar antes de tener que entrar en el avión. El chico vuelve a girar la cabeza y la mira, sonríe. Leila le mira disimuladamente y pasa por su lado para ir al bar. Huele muy bien. Como a mi me gusta.- Pensó sin querer en voz alta y se echo a reír.
Llega al bar, la puerta esta cerrada y desde fuera puede ver el jaleo que ahí alborotado dentro. Abre la puerta y sale un olor desagradable, se mezcla un conjunto de olores. Se acerca a la barra.
- Disculpe.- Alza la voz para que la oiga.
- Buenos días señorita ¿que la pongo?.- Pregunta amablemente.
- Una botella de agua por favor.
El hombre se dirige hacia la botella de agua pero de repente suena el teléfono del bar y cambia el rumbo para cogerlo.
- Disculpe señorita.
Cinco minutos mas tardes viene con la botella de agua.
- Aquí tiene señorita.
- ¿Cuanto es?-Pregunta sacando el monedero del bolso.
- Invita la casa.
- Vale, pues muchas gracias de verdad.
Coge la botella y cuando se da la vuelta para ir otra vez a su sitio, el chico ya no está. Habría ido a entregar el billete, ya que quedaban solamente diez minutos para que el avión despegará.
La gente se iba levantando haciendo que se fuera formando cola en los mostradores. Pero Leila prefería esperar sentada, tenia la sensación de que si se subía ya en el avión su vida iba a cambiar por completo. Y aunque estaba dispuesta a que cambiará, no estaba preparada para que fuera tan pronto.
Las colas cada vez se iban haciendo mas pequeñas y los megáfonos ya iban informando de que todos los pasajeros tenían que ir entrando en el avión. Ya no podía retrasar ese momento más, era su turno. Estaba claro que tarde o temprano sabia que ese momento tenia que llegar. Leila se levanta y se coloca detrás de las cinco ultimas personas que quedaban. Pero pronto llega su turno.
- Billete.
- Tome. Estira la mano para que pueda alcanzar el billete.
- Fila 20, asiento 1.- Rápido por favor.
Leila se retira rápidamente a un lado para que la gente pueda seguir dejando su billete. La azafata a sido un poco borde. Tendrá un mal día.- piensa.
Se pone justamente enfrente de la puerta, saca el móvil y mira una foto que tiene de pantalla, Jaime y ella, abrazados, enamorados. -Suspira. Tiene claro que quiere ir a su barrio, estar con su familia, con sus amigas, pero el miedo recorría por todo su cuerpo, de arriba a abajo, haciendo que todo se la hiciera mucho mas difícil. Tenia que estar preparada para encontrarse con lo que se tuviese que encontrar. Y ese era el momento decisivo, subir al avión o quedarse allí lamentándome siempre de la vida que había tenido. Y eso si que no quería, ya está. Estaba dispuesta a ir a encontrarse con todos sus recuerdos y a ser feliz. Eso es lo que iba hacer. Ser feliz. Sonríe y entra decidida al avión. Recorre dos filas y llega a la suya. Fila 20, asiento 1. Genial, me a tocado en la ventana.
Coloca las maletas y se sienta. A su lado no hay nadie todavía , pero no tardaría mucho en estar ocupada.
Cinco minutos antes de despegar se pone a su lado una señora mayor de unos 76 años, tiene los ojos azules y un rostro que hacia notar toda su tristeza.
La mujer se pone el cinturón y gira la cabeza lentamente para mirarla.
- Hola joven.
- Hola.- Leila responde educada-mente.
- Una vez mas o menos a tu edad, me enamore por primera vez
La señora empieza a contar una historia que ella atentamente escucha.
- El era un chico guapo, listo, pero había una cosa que le hacia imperfecto, no se daba nunca cuenta de lo que tenia asta que lo perdía. Nuestro amor duro dos meses, pero aun pasando cincuenta y tantos años, sigue siendo la ultima imagen cada vez que me acuesto. El mes pasado, después de tantos años nos volvimos a encontrar- sonríe un poco, pero rápidamente se entristece otra vez y sigue contando la historia. Este mes a sido como antes, nada había cambiado, pensé que podíamos volver a pasar momentos muy bonitos, sabes joven?. Pero dios a querido llevárselo ya La mujer la agarra del brazo y se pone a llorar. Dice algo pero no consigue entenderla.
- Tome. Saca un pañuelo del bolso y se lo da.
La señora se limpia las lagrimas e intenta seguir con la historia.
- Nunca me e olvidado de el y no creo que lo haga en lo que me queda de vida. Fue un error marcharme a Madrid.- La señora le aprieta fuerte la mano e intenta sonreír.
Esto a Leila la choca bastante, parecía como si el destino hubiese mandando a esta señora para decirla algo. Quizá nunca tenia que haberse marchado de Madrid, pero en este momento eso ya daba igual, por que si eso era así ya no podía cambiar lo que había sucedido.
- Lo siento. La acompaño en el sentimiento.
- Gracias hija, ahora solo estoy deseando que dios me vuelva a reunir con el.
Leila se queda sin saber que decir, callada se levanta con un libro en la mano y se dirige hacia el baño. La puerta esta cerrada, se gira para mirarse en el espejo, se recoge el pelo y al girarse, alguien sale del baño deprisa y chocan haciendo que el libro caiga al suelo.
- Lo siento, lo siento no me e dado cuenta, lo siento. La voz de un joven.
Ella levanta la cabeza y se da cuenta de que es el chico de la estación.
-Vaya, ¿parece que no tienes bastante con verme en la estación, que ahora me sigues?- El chico bromea.
- Ni si quiera sabia que estabas aquí.
El chico sonríe y se agacha para recoger el libro.
- Toma y lo siento.
Sus manos se tocan lentamente, su mano esta fría, suave. Ninguno de los dos parece que están dispuestos a separarlas, pero una voz femenina hace que el rápidamente separe la mano de la de ella.
Se abre la puerta.
- Por fin te encuentro Mario, ¿como tardas tanto?
- El chico mira a Leila y empieza a reírse.- Vamos Mariela, tenemos que comer. -Se pone detrás de ella agarrándola de los dos hombros empujándola despacio hacia adelante. La chica abre la puerta y da dos pasos hacia adelante, el chico seguidamente agarra la puerta y antes de cerrarla, gira la cabeza y moviendo los labios dice: Estabas mejor con el pelo suelto. guiña un ojo y cierra la puerta.
Leila se queda allí pensando en lo que le acababa de decir. Pero había una cosa que no entendía, ¿Quien era esa chica? ¿Seria su novia?. La chica era morena, y tenia unos grandes ojos marrones claros y un cuerpo que a mas de uno le daría un infarto al mirarla . Pero en ese momento no entendía nada, si esa chica fuese su novia no estaba respetándola. ¿ Pero por que se rayaba tanto? Simplemente era un chico al que quizás nunca volvería a ver.
Entra al baño. Cinco minutos mas tarde sale, se para frente al espejo y vuelve a soltarse el pelo.
Llega a su asiento y la señora de su lado esta durmiendo, se sienta, coge el mp3 y se pongo su canción favorita.
Dos horas mas tarde
Leila abre los ojos un poco aturdida ,mira al lado donde esta la señora sentada. Sigue allí, pero esta vez esta despierta.
- Hola joven, te as quedado dormida.
- ¿ Por donde vamos?.- Pregunta un poco perdida.
- Ya estamos entrando en Madrid. En diez minutos ya estamos fuera de este bicho.
Treinta minutos después
Tres años fuera y nadie había ido al aeropuerto a reencontrarse con ella. Mira a un lado y a otro, nada. Resopla y vuelvo a mirar, a un lado, a otro. Nada sigue sin venir nadie. En ese momento una sensación de tristeza empieza a recorrerla por todo el cuerpo. ¿Que esperaba? Llevaba bastante tiempo fuera, quizá ni si quiera se acordaban de ella Mete la mano en el bolsillo y saca el mp3, se pone los cascos, da al play y pone el volumen a tope, así era de la única manera que conseguía aislarse de todo. Empieza a andar, despacio. Muy despacio. Mientras esta escuchando la música , mete la mano para sacar el móvil del bolsillo pero nota que se la cae algo, se agacho a recogerlo. Es la foto de Jaime con una dedicatoria atrás: Te quiero mi pequeña Mentira.- piensa y dice sin querer en voz alta.
- ¿Mentira el que?. Se oye una voz cruzada con su música...
Se quita un casco, se levanta y se da la vuelta.
- ¿Otra vez tu?.- Pregunta borde.
- Perdona, no quería molestarte.- Se gira y se va alejando poco a poco.
-¿Mario?. Mario se para, pero no se da la vuelta. Se queda ahí parado..- Te llamabas así no,¿Mario? No molestas perdona he sido un poco borde.
Mario se gira y con una gran sonrisa vuelve hacia ella.
- Estas perdonada.- Se acerca y la da un beso en la mejilla Si, me llamo Mario encantado, ¿tu eres?
- Jaime! Leila se queda inmobil mirando al frente, su corazón de repente empieza a palpitar muy deprisa. Ni siquiera escucha lo que esta pasando a su alrededor.
- ¿Te llamas Jaime?.- ¿Oye estas?.- El chico al ver que no reacciona la da una palmada en el hombro.
- Dime, perdona.- Responde, pero sigue sin quitar la mirada de en frente.
- ¿Como te llamas?
- Leila- Su voz cada vez está mas entre cortada, su corazón cada vez va mas deprisa. El estaba allí, detrás de Mario, parado. Y ella no sabia que hacer, no sabia que estaba esperando el a que hiciera. Había pasado tres años que no hablaban, que no se veían. ¿Iba y le daba dos besos?¿Le decía que le quería y que le había echado de menos cada día a cada hora? ¿ O se hacia la fuerte como si ya no le importase? Mil preguntas rondaban por su cabeza pero no tenían respuestas. Todo era acercase y dejar que fuera lo que tendría que ser. Reacciono.
- Un momento Mario, ahora vengo. Dejo aquí las maletas.
El la responde con una gran sonrisa.
Ella se va acercando a Jaime poco a poco hasta que le tiene a poco centímetros de ella.
.- Hola.- Sonríe.
Se lanza a abrazarla..- No sabes cuanto te he echado de menos.
Noto como sus brazos cada vez la abrazan con mas fuerza. Y sonrió. No se podía creer que solo el fuese el que hubiese venido a recogerla.
La suelta y sigue sonriendo.
- ¿Como sabias que venia?.
- No lo sabia , te acabo de ver y me he quedado asombrado.
- ¿Y entonces que haces aquí?- Pregunta.
- Leila las cosas han cambiado, he venido a recoger a mi
De frente, detrás de Jaime ve como se acerca una chica corriendo diciendo en alto su nombre. Jaime se gira y la recibe con un gran beso en los labios.
En ese momento todo otra vez, el mundo entero se le derrumba. Había sido demasiado ilusa pensando que podría seguir todo siendo lo mismo, que el habría venido a por ella.
- Hola me llamo Yanira. Encantada.- Se la acerca y la da dos besos.
- Encantada..- Bueno me tengo que ir, me alegro de a verte visto.- Leila se gira y se dirige hacia donde esta Mario. Le tiene de frente mirándome con una gran sonrisa, y eso la calma un poco. Ese chico tenia algo especial.
.- ¡Leila! .-Grita Jaime..- Ella se queda parada pero no se da la vuelta.- ¿Sigues teniendo el mismo numero no?.- pregunta. En ese momento sonríe y se gira
.- Si, nunca lo he cambiado.
Se vuelve a dar la vuelta y sigue andando un poquito asta que llega a Mario.
- Lo siento. No quería tardar tanto.
- No te preocupes. Pero yo me tengo que ir ya, me esta esperando Mariela a fuera .- El se acerca y la dice al oído: Así con el pelo suelto estas mucho mejor.
-Leila mira hacia tras y sigue Jaime mirándola, de la mano con Yanira, y eso hace que todo por dentro la queme. Leila impulsiva mente se acerca mas a Mario lanzándose sobre sus labios dándole un gran beso. -Mario se queda parado, asombrado por ese beso espera a que ella se retire.
-Leila tiene los ojos cerrado, sus labios junto a los de Mario y no la disgusta, son suaves, tan suaves que hace que ella se olvide de todo por un momento, pero rapidamente vuelve en si, y avergonzada se retira.
-Me tengo que ir ya.-Dice cogiendo la maleta sin apenas mirarle a la cara.
Mario aprisa la coge de la mano sonriente y lentamente mientras se aleja la va soltando.
Ella se queda allí, mirando asta que llega un punto en el que ya no consigo verle. Y en ese momento en el que ya no ve ni a uno ni a otro, su cabeza empezaba a hacerse muchas preguntas. No entendía por que todo tenia que ser tan difícil, ni si quiera por que le haba besado, ni por que la vida había sido tan injusta con ella y por que ahora, justamente ahora que volvía a Madrid, aparecía Mario, quizás alguien se lo había mandado para que fuese su apoyo aquí, o quizá para que Jaime les viese juntos y así darse cuenta de que realmente la seguía queriendo. Pero por otra parte no creía que Jaime sintiera algo por ella todavía, tenia una novia guapísima, y si, aunque la doliese reconocerlo, esa chica a ella de físico la daba mil vueltas.
Todo se le había juntado, nadie había ido a recogerla , luego encontrarme a Jaime, sabia que esto algún día tenia que pasar pero no se lo esperaba de esta manera, ni con su novia delante Luego el abrazo que le había dado, seguía siendo el mismo de siempre, su colonia impregnada en su ropa. Eso hacia que su corazón siguiera latiendo igual que cuando le tenía a 1 cm de ella.
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Leire: Te adjunto mi pagina www.novelasonline.jimdo.com por si quieres que incluya algo de tu material, estaria encantada, solo tienes que decirlo y te subo algun capitulo o este mismo.
Saludos