Cuando vuelvo los ojos hacia el mundo
después de haber vivido entusiasmado
en tu isla feliz por unos días,
no hallo lugar donde poner los ojos
que no salgan los bordes de tu imagen
superponiéndose a las otras cosas.
Por los caminos donde van mis pasos
no encuentro florecillas como tú.
Ni labio ni sonrisa me comentan
como una foto que de ti yo tengo.
Pero lo que más siento
es no poder hacer que tú lo sepas
y apoyarme tan sólo en tu recuerdo
que es apoyarse solamente en mí.