Soy como el mar, sereno, en armonía,
mas con grandes borrascas en su seno,
empujando las olas que condeno
a un devenir constante noche y día.
Soy remanso y pasión, perdida y guía,
licor de dulce miel, tal vez veneno,
que a tu nave sin dudas me encadeno
mientras todo en el orbe desafía.
Entre fuegos que queman me debato,
torbellino de luchas encontradas,
queriendo ver el sol por siempre nato.
Perdida entre las tierras ignoradas,
de encontrar su secreto sólo trato,
entregada en tus manos tan amadas...
Sofía.