Soy una mujer,
tan poca cosa soy,
y tan importante a la vez.
En este teatro de la vida,
me dieron un secundario papel.
Y me tocó ser madre, trabajadora, consejera,
ama de casa, mujer y amante fiel.
Todos esperan de mí,
que sea la más servicial,
la más eficiente y profesional.
Y después de tantos esfuerzos en esta obra,
¿ me darán alguna vez el papel principal?
Tantos personajes en una sola piel,
que la vida es dulce como la miel,
y otras, amarga como la hiel.
Soy una mujer,
tan poca cosa soy,
y tan importante a la vez.
Soy una mujer enamorada e ilusionada,
pero también infravalorada y discriminada.
Soy la sombra de un gran hombre,
el descanso del guerrero,
el regocijo de los hijos,
el centro de todas las miradas,
el cuerpo, la mente y el alma lapidadas.
Ojalá, llegue aquel día,
en el que hombres y mujeres,
caminemos juntos,
sin prejuicios,
iguales como hermanos.