Tú serás el eco sin medida que sueña la quebrada
la hondura de un mar demasiado privado para no ser mencionado
el fuego que alienta la hoguera de una ermita oculta a los doctos
la orquídea de sueño azul y la bondad en las manos del transeúnte
Tú serás el panal de abejas que alguna vez durmió en los labios de Píndaro
el aroma del libro que derrama la dureza del conocimiento y la indulgencia de la sabiduría
la exactitud de las luces en la convergencia del tiempo que pasa
la mano que se tiende para ofrecer más de lo que ha recogido
Tú serás el frío, y a una vez, también el abrigo
el pozo profundo que invita al riesgo, y la cuerda que segura sostiene el escape
la niebla a mediodía y la extraña y maravillosa luz que juega en el sendero
la sucesión de las cosas y lo inmutable de la esencia infinita
Tú serás la calma que le impone la bravura a la tempestad
la imaginación que con dulzura le muestra un peldaño más a la experiencia
la pureza que le dice a la inocencia que acaso el barro en su principio carece de error
la entrega de fiesta que le señale al pudor la maravilla de la dicha en la danza del ser
Tú serás la almohada con la huella de dos cabelleras únicas en su haber
la mano capaz de darle travesura a un picaporte, y silencio a una insidia
la carpa que invita a mitad del desierto, y la alta torre que excluye en medio de la urbe
la coraza que protege y el sembradío maduro clamando por el acto de la cosecha
Tú serás el lazo, cualquiera sea el pez, cualquiera sea el pescador
lo que sacia, cualquiera sea la sed
la imagen a plasmar, cualquiera sea el artista
la locura y la cordura cualquiera sea quien te piense
Todas estas cosas tú serás