La elegancia, la excelencia en un cruce de piernas, en una abrasiva mirada, en unos labios entreabiertos. La suavidad de mis manos, la candidez de tu voz, el secreto, la complicidad de un encuentro. Misterio y fetiche por descubrir. Una copa, una mesa, una conversación, y tú y yo. Nada que esconder en un pequeño rincón, nada que no queramos dar, sólo lo que deseamos aflorar del fondo negro de nuestra imaginación.
...Deseo conocerte.