Ya voy de camino,
entre espiga y fuego,
desde aquella noche.
Ya voy de camino,
conquistando intrigas,
cabalgando instantes,
por aquel latido
y en la misma entrega.
Desde la locura
del empecinado,
que somete al verso
a su vaivén galante,
ya voy de camino,
presuroso y firme
(y) enfrentando retos
desde aquel,tu parque,
desde un banco nuestro,
desde aquel instante
ya voy de camino.