DESEO DECIRTE
Yo deseo decirte,
decirte... no sé cómo,
porque no sabes bien qué triste es ver
tantas cosas hermosas
y tener la costumbre de expresarlas
y no poder decirlas
en un ramo de versos
para ponerlas a tus pies.
Recoger con la mirada
el límpido cristal de la rosada al alba
y tampoco poder dedicártelo en palabras
por estar como estás así tan lejos.
O escuchar los acordes lejanos
de una canción romántica
y recordarte entonces...
y no poder hacer nada, nada,
sintiendo
que lo mejor de todo muere en mí.
Por eso yo
me disfracé de "lápiz azul" en mis poemas
para que sin que tú lo sepas,
poder alzar mi voz al viento
por si te llega algo
como una siembra anónima
que haga brillar y relucir tus bellos ojos
para que sigas siendo tal como eres siempre:
el extremo de toda la hermosura.
Y deseo decirte
que veo el mar y pienso en ti...
que mis pasos se llenan de gaviotas
y que cualquier cosa
me trae tu delicado aroma y te resume
como no sé expresar cual yo querría.
Decirte que no sé
qué voy a hacer conmigo,
con mis palabras y mi aliento
sin poder rimarlos una vez más contigo.
Pero puede que llegue un día
en que poco a poco dejes de dolerme
y pueda volver a pasear por los campos
sin que tu recuerdo aflija mi corazón.
Quizá llegue y tal vez lo deseo,
pero seguro que yo ya no seré el mismo.
No seré tu poeta,
no seré más ese título hermoso,
el más hermoso que me han dado nunca.
No seré el mismo, musa, y antes de eso
te escribo así, sinceramente,
en estas líneas grabadas
con ese lápiz azul
que dibujaba en tiempos tu rostro
con palabras que te adivinaban.
Hoy se aburren mis lápices como velas apagadas.
Hoy ya no encienden versos.
Parecen tallos secos de flores imposibles,
ramas afiladas de los chopos en invierno.
Los regueros de agua
que la lluvia conmueve en el cristal,
pero mi alma no, mi alma
sigue ahí acurrucada y honda sin querer salir,
balbuceando a veces con sus manos música interior,
de esa que sólo el corazón conoce
y que quisiera sólo
escribir apenas unas pocas palabras
como racimos lentos,
decir como el reloj las horas o como espuma el mar.
Decir lo que no puedo
porque hoy el tiempo es otro
o quizá me equivoqué de andén
cuando creí viajar al infinito
un día ya lejano
en que te conocí sin saber quién eras,
cuando sólo eran palabras mis cosas
mientras las tuyas todo poesía.
Ya ves,
ya te lo he dicho sin que tú lo sepas,
sin que mis ojos vean.
Tal vez algo te llegue
como las dunas del desierto
o las últimas gotas de cristal de la madrugada.
Soy un lápiz anónimo,
mariposa ebria de luz,
quizás un duende de tus bosques.
Si me ves algún día,
si sospechas que hay algo distinto por tus cumbres,
una nube con sangre de sol
o un rastro de nieve sin pisadas...
Si me ves no te asustes,
sólo quería
volverte a ver una vez más
por llevarme un recuerdo antes de partir
a ese lugar definitivo donde todo es
para siempre hermoso
y tan parecido a ti...
Lápiz Azul.