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¿qué opinais?

Última respuesta: 21 de abril de 2004 a las 16:41
Z
zhihua_8318434
17/4/04 a las 17:22

Viendo, que nadie se decide a seguir la historia.
He decidido lanzarme por mi cuenta, con vuestro permiso. ¿Qué os parece? En cuanto al libro interactivo con el mismo comienzo. Cuando llegue mi turno, participaré encantadisima.
¿Qué opinais?
Entró en la tienda con actitud decidida, empujando resueltamente la puerta. Se trataba de una muchacha delgada, de cabellos oscuros, recogidos graciosamente en la nuca con una pinza de concha que la daba un look juvenil y en cierto modo despreocupado. Sus ojos, contrastando con el color de su pelo eran de un gris verdoso, que recordaban, sin proponérselo, a las aguas del lago cercano.

Vestía unos vaqueros muy usados, que a pesar de la vulgaridad de la prenda no restaban un ápice al aire distinguido que emanaba de la joven.

Sin embargo, su expresión distaba mucho de ser risueña, pues una nube de tristeza turbaba sus bellos ojos. A pesar de eso dirigió al dependiente una tímida sonrisa, mostrando una hilera de dientes blanquísimos........
Buenos días, casi sin levantar la cabeza, dijo ella Buenos" ,"Buenísimos días el dependiente no conocía el significado de timidez.
Igualmente pantalón vaquero, sin embargo era tan vulgar en él, dos tallas menos de lo que su corpulencia necesitaba, una camiseta con el logotipo despintado de un grupo de rock, la parte posterior de la prenda una mano, con el dedo medio levantado.
A pesar de la amplia prenda negra, más propia para otra ocasión, que su utilización actual, era perceptible sus bíceps, y tríceps.
Abundante cabello negro, liso, brillante y sedoso, cayendo en la frente tapando la ceja derecha, dejaban ver unos ojos negros despiertos y descarados que iluminaban una cara morena, apagada cubierta de cráteres que mostraba sin pretenderlo una pubertad pasada, que el tiempo no seria capaz de borrar jamás.
Solo un vistazo, para mostrar toda su historia reciente.
Encima de la ceja izquierda cicatriz oblicua, en pleno proceso de curación.
No era la única cicatriz, a la izquierda en el mismo labio, a un centímetro y medio del final de la boca, con dirección a la nariz, esta más antigua formaba parte de su cara sin diferencia de color.

Su nariz, sin el tabique nasal, no dejaba duda era boxeador.
Descarado, en gestos y en palabras, siempre intentando algún efecto en la joven.
Ya hacia dos meses, que llegaron al pueblo Maria y Sonia. Y hacia dos meses que Juan el boxeador había intentado una cita con alguna de ellas.
Maria, de costumbres fijas inmodificables, cada día hacia el mismo ritual, a las nueve de la mañana, entraba saludaba, compraba el periódico y salía.
Desde entonces no había faltado ni un solo día, vivía con Sonia, amiga desde siempre, en el cuarto piso sin ascensor, de la misma finca de la tienda.
Llegaron por casualidad, el destino y Mariano las empujó donde se encontraban
Fue una tarde, a la sombra quemaba los 40 grados de un agosto, como nadie recordaba en el pueblo, cerca de todo y lejos de todo.
Entraron en la tienda, como les aconsejó Mariano.
El taxista que las llevo al pueblo, Mariano, al cual le preguntaron dónde podían encontrar un lugar para alojarse, le aseguró que buscaran lo que buscaran lo encontraría en aquella tienda. Que casualmente pertenecía a su abuelo.
Mariano, en el trayecto desde la estación del tren hasta la tienda, no tuvo ningún problema en redactar, con todo lujo de detalle, toda la historia de la familia, Margines, propietarios de medio pueblo.
Comenzó explicando como su abuelo, huérfano de madre desde los siete años y de padre a los diez fue cedido, a cambio de alojamiento y comida por la mayor de sus siete hermanos, para que se ocupara de los animales de unos señores, a los diecisiete, se enamoró de una de las hijas, de estos.
Se casó, el año que terminó la guerra, ese mismo año, nació su primogénito, Mauro, bautizado con el mismo nombre de su abuelo, aunque le correspondía otro, al año siguiente Estanislao, le pusieron el nombre que le correspondía según el calendario, más tarde nació una niña, como no se decidían si ponerle el nombre correspondiente o el de la abuela materna, o paterna, o el de la madre. Decidieron ponerle todos los nombres juntos, y como era obligatorio con Maria delante.
Así que la niña que no se veía, de pequeña que era fue bautizada arropada con una colcha, en la que su bisabuela Rosa Maria, había bordado todos los nombres de la familia empezando por la tatarabuela, terminando por el de la recién nacida, a la que le había añadido su propio nombre.
Complacieron a Rosa Maria, pues pensaban que le quedaba poco tiempo de vida, aunque pensaban eso mismo desde hacia veinte años, que en un arrebato de locura agarro una cuerda, de las que utilizaban para tender la ropa se la amarro al cuello, se montó en una silla como pensó que no era suficiente altura, de la silla a una mesa ¡no se decidía! Podía lesionarse y no era su objetivo.
Así pues pensó que era mejor desde el árbol que tenían en el corral del cortijo. Para poder subirse, traslado, después de meses de darle vueltas y vueltas al asunto, la mesa de comedor.
Con el propósito, de blanquear las paredes, para no levantar sospechas, hizo que pasaran la mesa al corral, a todos le extrañaba pero había la sana costumbre de no discutir con la anciana, que por aquel tiempo cumplió ya los setenta y tantos, nadie sabia a ciencia cierta cual era el tantos.
No-solo de la abuela Rosa Maria, de ninguna de las mujeres de toda la familia y de ninguno de los hombres para que no se hicieran cálculos.
Cuando ya llevaban dos semanas comiendo debajo del árbol, mando a todas las mujeres de la familia a lavar cortinas, fregar armarios blanquear habitaciones, las cuadras, arreglar los tapices, por ultimo solo quedaban las flores, a las que le dedicaron una semana completa.
La abuela Rosa Maria, ya podía morir, había ordenado toda la casa y los alrededores, y podía marcharse con sus antepasados con la conciencia tan limpia como había dejado la casa.
Cuando llego el momento final, justo en el momento de saltar después de haber tardado una hora y veinticinco minutos para subir primero a la silla luego la mesa después a otra silla estratégicamente colocada encima de la mesa y por ultimo al árbol, se dio cuenta que no había preparado la comida, así que intentando bajar sin hacerse daño se resbaló, rompiéndose la cadera el fémur y dos costillas.
Tardó tanto tiempo en restablecerse, que ya no volvió nunca más a caminar, se le olvido como ponerse en pie.
Llevaba desde entonces, sentada en una silla. El primer año estuvo aprendiendo el significado de las letras, cuando ya era capaz de leer, le gustó tanto que no había ningún miembro de la familia ni del servicio ni de la aldea que no la conociera por la dedicación a enseñar a todo el que no sabia. Es un regalo de los dioses es un regalo de los dioses.
Una mañana se despertó, una hora antes que de costumbre a las cinco de la mañana, sacó a todos de la cama Hay que leer la Biblia.


Ver también

I
iyana_5187382
18/4/04 a las 22:35

Sin,palabras

Z
zhihua_8318434
21/4/04 a las 16:02
En respuesta a iyana_5187382

Sin,palabras

Gracias!
¡gracias uluna!.

mi hija dice : que, no le gusta, que esta muy juntas las frases, que agobia .

¡Comienza otra vez! borra todo y empieza de nuevo.

No quiere que me sienta mal y lo deje, lo que ella quiere, es que lo haga bien, por que puedo hacerlo.

Yo me aconsejo seguir,

De bromas le digo a mi hija, ¡que cuando lleve 200 pag, lo llevo a una editorial!

- vale, vale, otra vez, haras el ridiculo, y otra vez te deprimiras.

Mi marido:

En voz baja para que yo no me entere,, dice quiero y no puedo...quiero y no puedo...

- yo digo que...esta vez lo conseguiré.

- ¡¡¡¡¡uluna!!!!! sin palabras ¿es algo bueno?

A
anta_8582404
21/4/04 a las 16:41
En respuesta a zhihua_8318434

Gracias!
¡gracias uluna!.

mi hija dice : que, no le gusta, que esta muy juntas las frases, que agobia .

¡Comienza otra vez! borra todo y empieza de nuevo.

No quiere que me sienta mal y lo deje, lo que ella quiere, es que lo haga bien, por que puedo hacerlo.

Yo me aconsejo seguir,

De bromas le digo a mi hija, ¡que cuando lleve 200 pag, lo llevo a una editorial!

- vale, vale, otra vez, haras el ridiculo, y otra vez te deprimiras.

Mi marido:

En voz baja para que yo no me entere,, dice quiero y no puedo...quiero y no puedo...

- yo digo que...esta vez lo conseguiré.

- ¡¡¡¡¡uluna!!!!! sin palabras ¿es algo bueno?

La verdad...
es que me parece que Uluna ha querido premiar tu esfuerzo y sobretodo la calidad de tu esfuerzo ...esto de la novela conjunta se nos está haciendo de rogar, yo creo que por disponibilidad, más que nada...el de sentarse y concentrarse en trabajar en esto pero la intención sigue allí, yo confío en que llegará el momento en que podamos ponernos manos a la obra. Yo lo que haré Anchoílla es imprimir tu historia y repasarla por casa, en los ratos libres, a ver si surge el chispazo creativo para seguirla...¿esa era la idea, no? ¿o estabas consultándonos nuestra opinión sobre tu trabajo únicamente...?

Ya me dirás...por cierto te subí los perfiles como pedistes entonces...¿ya los has leído? además de aprovechar para apuntarte tú también

Venga, estamos en contacto. Si quieres, también, que hablemos más en directo sobre esto, te dejo una cuenta: laiming@enfemenino.com

Saludos,
Laiming.

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