Mujer:
Muralla impenetrable de placer,
amargo resplandor;
en la dulzura de tus ojos
inventas con tus sombras,
transparencias,
temerosa de amar
quieres con pasión,
experta marinera
sin barco y sin timón
meceme en el mar
de tus deseos,
escucha entre tus olas
mis besos de ilusión.
Mujer:
Gelida bruma
escondida en las playas
de arena blanca,
como tu piel
suave y fresca.
Bello amanecer, callado,
de arena roja,
como la tersura
de tus labios
sedientos de besos.
Aurora Boreal,
cubierta por el manto
de la mies segada,
que duermes en sus labios
sin despertar,
naces al encuentro
de nuestras manos serenas,
imaginando los cuerpos
fundidos de alegria,
aunque los corazones
lloren de pena.
Mujer:
Enseñame a caminar
contigo y sin ti,
navegando hacia tu puerto
oculto en el silencio,
amparando mi esperanza
en un sueño inacabado,
uniendo nuestros labios
en un cálido y tierno beso,
para recorer tu infinito cuerpo
con mis manos temblorosas,
y llegar a ti, lo inalcanzable.
Mujer:
Balada lenta
de mi canto triste,
que amaneces risueña,
esculpes con mil besos
su tenue cabellera,
soñando entre suspiros
el perfume de su cuerpo,
ocultando entre tus senos
el halo incandescente
de tus ojos,
para saborear el néctar
de tus labios rojos.
Mujer:
Invades
mi alma sollozante
de amarga añoranza,
caminando por la senda
de tu camino sin vereda,
abrazado por tus manos
sentí la senda
por la que vagé errado,
para dibujar en el mar
dos rosas perennes
de espumas talladas
escritas dos veces.
Mujer:
Ramos de rosas silvestres
sobre tu cuerpo desnudo,
inventando dulces palabras
de amor, para amarte;
cayendo desnudos mis ojos
a tus pies descalzos,
igual que mis brazos
sedientos de amor,
añoran la fragancia
de tus caricias en mi piel,
suspirando en cada verso
la llama del placer.
Posible de un imposible,
amante de tu amor,
olvidarte, es el recuerdo,
amarte, la inspiración.
Mijer:
Cuando tu no estés,
abrazandome a tu besos
heriré tu cuerpo,
para sembrar en él, deseo,
donde esperar
lo que nunca llegó,
una palabra de aliento,
pero no un adios;
enamorado de la vida,
de ella, de una flor viva,
que el jardín
de mi alma marchito.
Mujer:
Ahora comienzan a renacer
tus sentimientos,
cuando empieza a despertar
de éste poema inacabado
la alegre transparencia
de tu alma morena,
esperando en las raíces
de tus barazos opacos;
temiendo mesar tus labios
aflijidos y yertos;
deseando con cada caricia
una tenue brisa que emane
efluvios de pasión incierta.
Mujer:
De vida sutil; inalcanzable
camino de felicidad,
amparado en tu fria
y lobrega mirada,
miro tus ojos azules y
veo la ternura oculta
tras el velo amargo
de tu indiferencia.
Recuerdo
de pureza altiva,
sonrisa cautiva,
¿cómo he de amarte
sin quererte?,
aunque si olvido tu nombre,
al mirarte, te amo
intensamente.
Mujer:
Nadie te imagina,
aunque todos te ignoran,
por que tu belleza escapa
a los ojos de la ignorancia.
Amarrando a tus sentimientos
la semilla del amor;
inventando con tus ojos
hábidos de pasión,
dos luceros transparentes
que me oculten del amor,
para sembrar en los cuerpos
tu dulce indiferencia,
pero no me nieges
la sonrisa de un deseo,
ni un pequeño beso
de amor.
La mujer debe estar en ese pedestal que le corresponde por derecho propio, este es mi homenaje a ti MUJER
CUELEBRE