Romance de una dama
Romance de una Dama
PROLOGO
En primer lugar agradecer en nombre de mis colaboradores, escritores y en el mío propio que hemos hecho posible que esta obra llegue hasta Vuestros hogares y a vosotros por comprarla por confiar en nosotros es nuestra primera experiencia como escritores no se si la repetiremos o no dependerá de vosotros.
Decirles también que siempre que sea posible compren originales, ¿ qué porqué? No solo por el autor, si no por todo el mundo que hay detrás de el
Familias enteras que viven de ello, que pagan sus impuestos como tú y como nosotros lo pirata ya lo dice la palabra por simpático que sea siempre será pirata.
Bueno vamos hablar de la novela fundamentalmente es una historia de amor
O dos una real y otra de ficción, en ella hemos tratado de rendir homenaje a todos los enamorados del mundo, pero muy especialmente a los que por circustancias de la vida Se encuentran separados y que ocasiones lo pasan tan mal, el amor es como un niño chico siempre necesita cuidados especiales, siempre lleva pañales y si nos descuidamos un poco se nos duerme o se nos muere entre los brazos; No hay edad para enamorarse puede ser a los quince a los treinta a los cincuenta, ni edad para dejar de amarse, se puede vivir sin amor pero ya no es lo mismo: caminas, comes, duermes, pero té falta eso que solo los enamorados conocemos.
En esta obra hablamos de cuatro ciudades fundamentalmente: Motilla del Palancar, Sigüenza, Guadalajara y Madrid, muchos de vosotros las conoceis, sobre todo Madrid, aquí no hablaremos de sus monumentos, ni de lo mas conocido de ellas hablaremos del amor, de perderte con tu pareja en esos sitios maravillosos que en momentos difíciles tanto nos pueden ayudar.
Pues nada mas que disfruten con la lectura de la novela que espero que os sea grata y quien sabe si en algún momento de vuestras vidas os pueda ayudar a entender mejor el amor o ser mas comprensivo con vuestras parejas, mas tolerante, aprender hacer las cosas antes de que ella o él os lo pidan, etc..
GRACIAS....................... .........
La luna y El mar
Ver también
Isa la protagonista
ISA LA PROTAGONISTA
Hola, me llamo Isa y vivo en un barrio de Madrid, mi historia es de las mas sencillas que se pueden contar, y por cierto de las mas maravillosas también bajo mi punto de vista
De muy joven me casé con un hombre que pensé que iba a ser el hombre de mi vida, pero parece ser que me equivoqué, y como en la mayoría de muchos matrimonios acabé separándome.
Al cabo de unos años de mi separación, a través de una amiga conocí a un chico, nuestro medio de comunicación era a través de llamadas telefónicas o mensajes, puesto que él trabajaba a seiscientos kilómetros de Madrid. Se acercaba el día de mi cumpleaños y ese día él me llamó por teléfono, y en broma o no broma decidí invitarlo y José que es así como se llama, aceptó de muy buen grado y vino para conocerme personalmente.
Yo soy a simple vista aunque no lo parezca muy tímida, pero cuando me dan la confianza necesaria mi timidez desaparece, y eso es lo que me pasó con el, al principio no sabíamos que decirnos, pero con el paso de las horas se nos olvidó todo por lo menos para mi. Quedamos los tres, José mi amiga y yo y nos fuimos a cenar a un restaurante chino en Madrid, de esa zona me trae muy lindos recuerdos en donde nos conocimos, y es hay en donde empezó nuestra historia de amor.
Empezamos a vernos a menudo pero no como a mi me hubiera gustado ya que por su trabajo y la distancia le impedía hacerlo a el también. Yo nunca me he fijado en el físico, tan solo el interior de la persona pues es hay en donde se refleja el espíritu y belleza de cada persona, José es todo lo que una mujer puede soñar, simpático, amable, detallista, romántico, sensible, sincero, comprensivo, buena persona, con algo de genio también como lo podemos tener todo el mundo, y algún celillo que otro como los puedo tener yo pero estoy hablando de los celos buenos.
En fin, todo eso de él me impactó y eso que yo no soy una persona de las que aquí té pillo aquí te mato, que es lo que quieres o no quieres, pero como he dicho anteriormente es lo que me impactó de él, su dulzura, su cariño, lo buena persona que es, y sobre todo que sabe valorar a una mujer, no sabría explicarlo y es lo que me llevó a enamorarme de él.
Pero bueno ya seria adelantar la historia, así que todo eso y mucho mas ya se ira viendo mas adelante
ISA
Isa la protagonista
ISA LA PROTAGONISTA
Hola, me llamo Isa y vivo en un barrio de Madrid, mi historia es de las mas sencillas que se pueden contar, y por cierto de las mas maravillosas también bajo mi punto de vista
De muy joven me casé con un hombre que pensé que iba a ser el hombre de mi vida, pero parece ser que me equivoqué, y como en la mayoría de muchos matrimonios acabé separándome.
Al cabo de unos años de mi separación, a través de una amiga conocí a un chico, nuestro medio de comunicación era a través de llamadas telefónicas o mensajes, puesto que él trabajaba a seiscientos kilómetros de Madrid. Se acercaba el día de mi cumpleaños y ese día él me llamó por teléfono, y en broma o no broma decidí invitarlo y José que es así como se llama, aceptó de muy buen grado y vino para conocerme personalmente.
Yo soy a simple vista aunque no lo parezca muy tímida, pero cuando me dan la confianza necesaria mi timidez desaparece, y eso es lo que me pasó con el, al principio no sabíamos que decirnos, pero con el paso de las horas se nos olvidó todo por lo menos para mi. Quedamos los tres, José mi amiga y yo y nos fuimos a cenar a un restaurante chino en Madrid, de esa zona me trae muy lindos recuerdos en donde nos conocimos, y es hay en donde empezó nuestra historia de amor.
Empezamos a vernos a menudo pero no como a mi me hubiera gustado ya que por su trabajo y la distancia le impedía hacerlo a el también. Yo nunca me he fijado en el físico, tan solo el interior de la persona pues es hay en donde se refleja el espíritu y belleza de cada persona, José es todo lo que una mujer puede soñar, simpático, amable, detallista, romántico, sensible, sincero, comprensivo, buena persona, con algo de genio también como lo podemos tener todo el mundo, y algún celillo que otro como los puedo tener yo pero estoy hablando de los celos buenos.
En fin, todo eso de él me impactó y eso que yo no soy una persona de las que aquí té pillo aquí te mato, que es lo que quieres o no quieres, pero como he dicho anteriormente es lo que me impactó de él, su dulzura, su cariño, lo buena persona que es, y sobre todo que sabe valorar a una mujer, no sabría explicarlo y es lo que me llevó a enamorarme de él.
Pero bueno ya seria adelantar la historia, así que todo eso y mucho mas ya se ira viendo mas adelante
ISA
Jose el protagonista
Texto adaptado de la página web www-romance-de-una-dama.es
JOSE EL PROTAGONISTA
Es la historia de un hombre que con casi cuarenta años, se volverá a enamorar. Durante cinco años luchará por su amor, un amor limpio, trasparente, sin letra pequeña. Por amor cambiará de trabajo, de vida, de amistades. Por amor lo dejará todo, para estar a su lado, para que el sol del amanecer le despierte junto a ella. Por amor recorrerá su país, de este a oeste, guiado por el camino de las estrellas, aunque haga, calor, frío, llueva o nieve, porque a su lado siempre será primavera.
Durante cinco años intentará hacerla feliz, mimarla, arroparla, besarla. Unas veces lo conseguirá y otras no, intentará que cada día que pase junto a ella sea diferente y mejor que el anterior, procurar no caer en la monotonía, tener siempre algo nuevo que contarle a su amada, alguna cosa nueva que compartir juntos.
La historia de José, es la historia, de cualquier hombre o mujer, de cualquiera de vosotras, o vosotros, de una persona que lucha por lo que cree, que persigue ese sueño que todos queremos hacer realidad, que sigue a esa estrella, que por lejana que esté en el firmamento, es ese punto de referencia en nuestras vidas.
Pese a la adversidad, a los muchos problemas que todas y todos tenemos en la vida, lo intentará de nuevo, resurgirá de sus cenizas, como el ave-fenix, aunque ya no dependa de él o de ella, si no de ese señor de pelo y barba descuidada, que el invierno tiñó de blanco llamado destino.
EL-MAR
Jose el protagonista
Texto adaptado de la página web www-romance-de-una-dama.es
JOSE EL PROTAGONISTA
Es la historia de un hombre que con casi cuarenta años, se volverá a enamorar. Durante cinco años luchará por su amor, un amor limpio, trasparente, sin letra pequeña. Por amor cambiará de trabajo, de vida, de amistades. Por amor lo dejará todo, para estar a su lado, para que el sol del amanecer le despierte junto a ella. Por amor recorrerá su país, de este a oeste, guiado por el camino de las estrellas, aunque haga, calor, frío, llueva o nieve, porque a su lado siempre será primavera.
Durante cinco años intentará hacerla feliz, mimarla, arroparla, besarla. Unas veces lo conseguirá y otras no, intentará que cada día que pase junto a ella sea diferente y mejor que el anterior, procurar no caer en la monotonía, tener siempre algo nuevo que contarle a su amada, alguna cosa nueva que compartir juntos.
La historia de José, es la historia, de cualquier hombre o mujer, de cualquiera de vosotras, o vosotros, de una persona que lucha por lo que cree, que persigue ese sueño que todos queremos hacer realidad, que sigue a esa estrella, que por lejana que esté en el firmamento, es ese punto de referencia en nuestras vidas.
Pese a la adversidad, a los muchos problemas que todas y todos tenemos en la vida, lo intentará de nuevo, resurgirá de sus cenizas, como el ave-fenix, aunque ya no dependa de él o de ella, si no de ese señor de pelo y barba descuidada, que el invierno tiñó de blanco llamado destino.
EL-MAR
Romance de una dama
Buenos días, a todos aquellos que visitéis Este pequeño rincón, de este gran medio de comunicación sobre todo en el mundo de la mujer. Bajo el título Otra forma de hacer novela, los escritores de ROMANCE DE UNA Dama, estamos mostrándole al mundo, como hacemos esta historia, desde sus comienzos, un 17 de agosto del 2008 hasta después de su publicación.
En España según las estadísticas, es uno de los países, de la Unión Europea que menos se lee, tanto novela como otros temas literarios. Las causas supongo que son múltiples. Nosotros los escritores de romance queremos poner nuestro Granito de arena, para intentar mejorar esas estadísticas. Que como ¿os preguntareis?. Pues de una forma muy sencilla, pidiendo la colaboración de los ciudadanos, lectores potenciales, para escribir parte de la obra.
Hasta ahora os hemos presentado los dos personajes reales, que vivieron su historia de amor, en la distancia durante casi cinco años desde septiembre del 2003 hasta agosto del 2008. Procurando salvar todos los obstáculos y las dificultades que tiene un amor en la distancia. Un amor apasionado (AMOR DE JUVENTUD) y tierno a la vez, un amor sin egoísmo, procurando compaginar la vida familiar de la protagonista, sus hijos, con el amor por un hombre.
Ahora os presentaremos a los personajes de ficción. Marina y Yafar, Estos personajes son un invento del narrador que imagino, esta historia mientras paseaba del brazo de su amada, por la ciudad de Sigüenza, primero hizo un bello romance, en homenaje al amor que sentía por ella, y después el romance creció y hizo novela.
Yafar es Árabe un pacifista, en tiempos de guerra. Mediante este personaje El protagonista expresa diferentes conceptos sobre la vida, que no expresa en el personaje real, y se hará las mismas preguntas que nos hacemos todos hoy en día, sobre la guerra, el hambre en el mundo etc. Pero visto desde su época, la medieval. Vivirá una historia de amor paralela, también en
la distancia.
Marina, definir a marina es bastante complicado, podríamos decir que Marina es una princesa urbana, rebelde, inconformista y hasta en ocasiones algo cruel. Pero como casi todas las personas de estas características de buen corazón, el problema es saber llegar hasta el. Vivirá su historia de amor, en una época convulsa, durante la retirada de castilla de las tropas musulmanas, se tendrá que enfrentar a su padre, a su pueblo, a su gente, por estar enamorada de un guerrero musulmán. Defenderá su amor por encima de todas las cosas. Quizás marina sea el personaje mas enigmático de toda la obra en sus comportamientos y sus decisiones muy difíciles de entender incluso para su amor Yafar. El final de la historia, podría ser perfectamente la de cualquier novela moderna o incluso la de una película de intriga.
Bueno ya os iremos informando de mas cosas sobre la novela, tanto desde este foro como desde nuestra Web. www.romance-de-una-dama.es
Un saludo, La luna y El mar
Romance de una dama
Buenos días, a todos aquellos que visitéis Este pequeño rincón, de este gran medio de comunicación sobre todo en el mundo de la mujer. Bajo el título Otra forma de hacer novela, los escritores de ROMANCE DE UNA Dama, estamos mostrándole al mundo, como hacemos esta historia, desde sus comienzos, un 17 de agosto del 2008 hasta después de su publicación.
En España según las estadísticas, es uno de los países, de la Unión Europea que menos se lee, tanto novela como otros temas literarios. Las causas supongo que son múltiples. Nosotros los escritores de romance queremos poner nuestro Granito de arena, para intentar mejorar esas estadísticas. Que como ¿os preguntareis?. Pues de una forma muy sencilla, pidiendo la colaboración de los ciudadanos, lectores potenciales, para escribir parte de la obra.
Hasta ahora os hemos presentado los dos personajes reales, que vivieron su historia de amor, en la distancia durante casi cinco años desde septiembre del 2003 hasta agosto del 2008. Procurando salvar todos los obstáculos y las dificultades que tiene un amor en la distancia. Un amor apasionado (AMOR DE JUVENTUD) y tierno a la vez, un amor sin egoísmo, procurando compaginar la vida familiar de la protagonista, sus hijos, con el amor por un hombre.
Ahora os presentaremos a los personajes de ficción. Marina y Yafar, Estos personajes son un invento del narrador que imagino, esta historia mientras paseaba del brazo de su amada, por la ciudad de Sigüenza, primero hizo un bello romance, en homenaje al amor que sentía por ella, y después el romance creció y hizo novela.
Yafar es Árabe un pacifista, en tiempos de guerra. Mediante este personaje El protagonista expresa diferentes conceptos sobre la vida, que no expresa en el personaje real, y se hará las mismas preguntas que nos hacemos todos hoy en día, sobre la guerra, el hambre en el mundo etc. Pero visto desde su época, la medieval. Vivirá una historia de amor paralela, también en
la distancia.
Marina, definir a marina es bastante complicado, podríamos decir que Marina es una princesa urbana, rebelde, inconformista y hasta en ocasiones algo cruel. Pero como casi todas las personas de estas características de buen corazón, el problema es saber llegar hasta el. Vivirá su historia de amor, en una época convulsa, durante la retirada de castilla de las tropas musulmanas, se tendrá que enfrentar a su padre, a su pueblo, a su gente, por estar enamorada de un guerrero musulmán. Defenderá su amor por encima de todas las cosas. Quizás marina sea el personaje mas enigmático de toda la obra en sus comportamientos y sus decisiones muy difíciles de entender incluso para su amor Yafar. El final de la historia, podría ser perfectamente la de cualquier novela moderna o incluso la de una película de intriga.
Bueno ya os iremos informando de mas cosas sobre la novela, tanto desde este foro como desde nuestra Web. www.romance-de-una-dama.es
Un saludo, La luna y El mar
Romance de una dama
Texto autorizado por ANAIS SANCHEZ, colaboradora de Romance para el personaje de Marina.
MARINA
TEXTO PARA EL CASTING DE MARINA
AUTORA ANAIS
Marina yacía en la cama completamente desnuda, boca arriba, el cabello lo tenía totalmente revuelto y enredado, la luz que entraba por el ventanuco de su alcoba, le daba un aspecto irreal a la estancia. Los rayos del sol acariciaban dulcemente sus senos describiendo en ellos matices de mil colores, resaltaba la blancura de su cuerpo desnudo con las ropas de la cama de un color rojo intenso.
Marina suavemente se fue dando la vuelta y acariciando con sus largas manos la colcha de lana merina, buscaba en sueños, trataba de encontrar a quien no estaba, otra vuelta más, esta ver quedo encogida de lado con la mano entre su regazo. En pocos momentos una sensación extraña invadió todo su cuerpo, Lentamente abrió los ojos y llevó la mirada hacia el principio de sus muslos, dudo un momento y después en un gesto rutinario balanceó todo su cuerpo, hasta dejarlo en cruz con los brazos extendidos y las piernas ligeramente abiertas, sus ojos comenzaron a jugar con los rayos del sol que tenuemente iluminaban el aposento. Pensaba en Yafar, tenía esa sensación que solo una mujer siente cuando tiene ganas de amar a su hombre, y este no está para amarla, para poseerla, para llevarla hasta la locura.
Unos golpes en la puerta la devolvieron a la cruel realidad. Era Teresa la doncella que venia a traerle algo para almorzar. Marina le franqueó el paso, mirándole fijamente los hermosos pechos, que quedaban casi el descubierto, Teresa al sentirse contemplada, por la mirada lasciva de Marina se ruborizó, tropezó y estuvo apunto de verter la leche y el pan que llevaba en el canastillo.
Teresa: Sra. Me mira de unas maneras, que parece que me fuera a comer con los ojos
Marina: No seas tonta no hay nada malo en ello, yo he leído en algunos libros prohibidos, que los clérigos guardan celosamente. Como disfrutan dos mujeres juntas como se acarician, hasta llegar ha enloquecer de placer.
Teresa. No sé Sra. Yo creo que donde se ponga un buen varón, viril y apasionado, que se quité lo demás.
Marina. Por cierto Teresa, no ha venido algún emisario, con noticias para mí.
Teresa: No este mes no la ha invitado ningún conde de La Ribagorza ni El Urgel,
Con la de condes que hay en Castilla y Vd. Se los tiene que buscar en reinos ajenos.
Marina. Los de aquí están muy vistos y demasiado mayores para mí, yo necesito un hombre joven que me estreche entre sus brazos, hasta dejarme exhausta.
Teresa:. Pero la Sra. Aparte de buscárselos lejos luego no acude a las invitaciones.
Marina: Tu ya sabes que por mi padre que todo lo que no sea castellano no lo ve con buenos ojos
Teresa: Bueno sí la Sra. No me necesita, me retiro,
Marina: Ya te puedes ir Teresa.
Marina sé queda otra vez pensativa, si Teresa supiera que aquellas invitaciones de lejanos condes y marqueses, eran en realidad mensajes en clave de yafar, para quedar con ella, para decirle que día llegaría mas o menos. Ay su amado Yafar, solo de pensar en su nombre, su corazón se aceleraba, y su cuerpo se estremecía entero, los labios se le secaban, como si de alguna extraña enfermedad estuviera aquejada. Era un amor, una pasión mas fuerte que su voluntad.
ANAIS
Romance de una dama
Texto autorizado por ANAIS SANCHEZ, colaboradora de Romance para el personaje de Marina.
MARINA
TEXTO PARA EL CASTING DE MARINA
AUTORA ANAIS
Marina yacía en la cama completamente desnuda, boca arriba, el cabello lo tenía totalmente revuelto y enredado, la luz que entraba por el ventanuco de su alcoba, le daba un aspecto irreal a la estancia. Los rayos del sol acariciaban dulcemente sus senos describiendo en ellos matices de mil colores, resaltaba la blancura de su cuerpo desnudo con las ropas de la cama de un color rojo intenso.
Marina suavemente se fue dando la vuelta y acariciando con sus largas manos la colcha de lana merina, buscaba en sueños, trataba de encontrar a quien no estaba, otra vuelta más, esta ver quedo encogida de lado con la mano entre su regazo. En pocos momentos una sensación extraña invadió todo su cuerpo, Lentamente abrió los ojos y llevó la mirada hacia el principio de sus muslos, dudo un momento y después en un gesto rutinario balanceó todo su cuerpo, hasta dejarlo en cruz con los brazos extendidos y las piernas ligeramente abiertas, sus ojos comenzaron a jugar con los rayos del sol que tenuemente iluminaban el aposento. Pensaba en Yafar, tenía esa sensación que solo una mujer siente cuando tiene ganas de amar a su hombre, y este no está para amarla, para poseerla, para llevarla hasta la locura.
Unos golpes en la puerta la devolvieron a la cruel realidad. Era Teresa la doncella que venia a traerle algo para almorzar. Marina le franqueó el paso, mirándole fijamente los hermosos pechos, que quedaban casi el descubierto, Teresa al sentirse contemplada, por la mirada lasciva de Marina se ruborizó, tropezó y estuvo apunto de verter la leche y el pan que llevaba en el canastillo.
Teresa: Sra. Me mira de unas maneras, que parece que me fuera a comer con los ojos
Marina: No seas tonta no hay nada malo en ello, yo he leído en algunos libros prohibidos, que los clérigos guardan celosamente. Como disfrutan dos mujeres juntas como se acarician, hasta llegar ha enloquecer de placer.
Teresa. No sé Sra. Yo creo que donde se ponga un buen varón, viril y apasionado, que se quité lo demás.
Marina. Por cierto Teresa, no ha venido algún emisario, con noticias para mí.
Teresa: No este mes no la ha invitado ningún conde de La Ribagorza ni El Urgel,
Con la de condes que hay en Castilla y Vd. Se los tiene que buscar en reinos ajenos.
Marina. Los de aquí están muy vistos y demasiado mayores para mí, yo necesito un hombre joven que me estreche entre sus brazos, hasta dejarme exhausta.
Teresa:. Pero la Sra. Aparte de buscárselos lejos luego no acude a las invitaciones.
Marina: Tu ya sabes que por mi padre que todo lo que no sea castellano no lo ve con buenos ojos
Teresa: Bueno sí la Sra. No me necesita, me retiro,
Marina: Ya te puedes ir Teresa.
Marina sé queda otra vez pensativa, si Teresa supiera que aquellas invitaciones de lejanos condes y marqueses, eran en realidad mensajes en clave de yafar, para quedar con ella, para decirle que día llegaría mas o menos. Ay su amado Yafar, solo de pensar en su nombre, su corazón se aceleraba, y su cuerpo se estremecía entero, los labios se le secaban, como si de alguna extraña enfermedad estuviera aquejada. Era un amor, una pasión mas fuerte que su voluntad.
ANAIS
Romance de una dama
TEXTO AUTORIZADO WWW.ROMANCE-DE-UNA-DAMA.ES PARA SU DIFUSION
YAFAR
El regreso.
Derrotado, cansado de cabalgar, sucio y polvoriento, Yafar acababa de desmontar de su caballo el animal, resopló y aunque no hablaba se notaba que estaba contento, él lo ató junto a una enorme sabina milenaria, cuyas ramas jugaban con el sol y con el agua, describiendo formas en ocasiones casi humanas. El animal bebió con pausa, como si casi estuviera dotado de conocimiento, Yafar se quitó parte de del habito de clérigo, con él había conseguido pasar desapercibido entre las huestes cristianas. La verdad es que necesitaba un descanso y un buen baño, y aunque el agua del río por la época del año que estaba a mediados de la primavera, estaría fría, no dudaría en darse un buen chapuzón en sus aguas.
Mientras el cálido sol templaba la expendida mañana de mayo, el miraba las cristalinas aguas del Henares, sus manos se deslizaban dentro del cauce queriendo retener entre ellas la pureza de las mismas. Unas imágenes le vinieron a la mente, era los primeros días que conoció a Marina, su cuerpo desnudo bañándose en el río, casi formando parte del agua, proyectándose su figura sobre las piedras del fondo, recordaba su cuerpo, su cabello que casi cubría sus hermosos senos, mientras sus cuerpos se entrelazaban y se fundían uno dentro del otro. Ella lo miraba desde lo alto, mientras el desnudo con la espalda apoyada en hierba y con el cuerpo completamente extendido sobre la tierra, contemplaba sus ojos verdes, cargados de amor de pasión y hasta de deseo, un deseo en ocasiones incontrolado. Llegado a ese punto Yafar sacudió la cabeza, no era un hombre puritano, pero prefería pensar en Marina de otra manera. Le vino a la mente una extraña imagen del futuro, Marina estaba sentada en la puerta de una casa en él Al Anadalux, cerca de Medina Azahara, su cabello ya no era dorado, parecía teñida de ceniza aunque seguía siendo largo y hermosos, en sus ojos ligeros pliegues, delataban su edad, dos niñas correteaban por la inmensa pradera, en un meandro cerca del Guadalquivir.
Marina volvía estar embarazada, le faltarían mas o menos un par de meses para el alumbramiento, la verdad es que Yafar tenía mucho miedo, el no se lo había pedido, pero soñaba con un hijo varón, sabia que corría un riesgo enorme, muchas mujeres morían al dar a luz o no llegaban a sobrevivir mas de un mes al parto, sin embargo la fortaleza que le demostraba marina, le daba ánimos. Ella siempre fue fuerte, pero no es fácil luchar contra la naturaleza ni contra el paso del tiempo. Hacia casi diez años que el padre de Marina, una noche dejó marchar a su hija, la acompaño hasta tierras de Medinaceli. Allí padre e hija se despidieron en silencio tal vez para no volverse a ver jamas.
EL- MAR
Romance de una dama
TEXTO AUTORIZADO WWW.ROMANCE-DE-UNA-DAMA.ES PARA SU DIFUSION
YAFAR
El regreso.
Derrotado, cansado de cabalgar, sucio y polvoriento, Yafar acababa de desmontar de su caballo el animal, resopló y aunque no hablaba se notaba que estaba contento, él lo ató junto a una enorme sabina milenaria, cuyas ramas jugaban con el sol y con el agua, describiendo formas en ocasiones casi humanas. El animal bebió con pausa, como si casi estuviera dotado de conocimiento, Yafar se quitó parte de del habito de clérigo, con él había conseguido pasar desapercibido entre las huestes cristianas. La verdad es que necesitaba un descanso y un buen baño, y aunque el agua del río por la época del año que estaba a mediados de la primavera, estaría fría, no dudaría en darse un buen chapuzón en sus aguas.
Mientras el cálido sol templaba la expendida mañana de mayo, el miraba las cristalinas aguas del Henares, sus manos se deslizaban dentro del cauce queriendo retener entre ellas la pureza de las mismas. Unas imágenes le vinieron a la mente, era los primeros días que conoció a Marina, su cuerpo desnudo bañándose en el río, casi formando parte del agua, proyectándose su figura sobre las piedras del fondo, recordaba su cuerpo, su cabello que casi cubría sus hermosos senos, mientras sus cuerpos se entrelazaban y se fundían uno dentro del otro. Ella lo miraba desde lo alto, mientras el desnudo con la espalda apoyada en hierba y con el cuerpo completamente extendido sobre la tierra, contemplaba sus ojos verdes, cargados de amor de pasión y hasta de deseo, un deseo en ocasiones incontrolado. Llegado a ese punto Yafar sacudió la cabeza, no era un hombre puritano, pero prefería pensar en Marina de otra manera. Le vino a la mente una extraña imagen del futuro, Marina estaba sentada en la puerta de una casa en él Al Anadalux, cerca de Medina Azahara, su cabello ya no era dorado, parecía teñida de ceniza aunque seguía siendo largo y hermosos, en sus ojos ligeros pliegues, delataban su edad, dos niñas correteaban por la inmensa pradera, en un meandro cerca del Guadalquivir.
Marina volvía estar embarazada, le faltarían mas o menos un par de meses para el alumbramiento, la verdad es que Yafar tenía mucho miedo, el no se lo había pedido, pero soñaba con un hijo varón, sabia que corría un riesgo enorme, muchas mujeres morían al dar a luz o no llegaban a sobrevivir mas de un mes al parto, sin embargo la fortaleza que le demostraba marina, le daba ánimos. Ella siempre fue fuerte, pero no es fácil luchar contra la naturaleza ni contra el paso del tiempo. Hacia casi diez años que el padre de Marina, una noche dejó marchar a su hija, la acompaño hasta tierras de Medinaceli. Allí padre e hija se despidieron en silencio tal vez para no volverse a ver jamas.
EL- MAR
El sueño de marina
EL SUEÑO DE MARINA
Por Anaís Sánchez
Marina acababa de despertarse y entreabrió los ojos a la luz del día, pronto una sensación extraña invadió todo su cuerpo y se estremeció. Lentamente fijó sus ojos en el techo, de él colgaban como péndulos infinidad de telas de araña de diferentes formas y tamaños, mientras en el ambiente se respiraba un olor nauseabundo a polvo y humedad que lo impregnaba todo y tapaba su nariz.
Sacudió su cabeza tratando de despertar, ya que últimamente desde que Yafar no estaba a su lado, tenía extraños sueños que no llegaba a comprender.
Con agilidad casi de un salto, cosa poco habitual en una mujer de su edad se incorporó, al hacerlo se noto extraña no sabía muy bien lo que le sucedía. Con pasos firmes se dirigió al ventanuco situado en una esquina de la pared, para abrirlo y así llenar de luz todos sus aposentos. La primera sensación que tuvo al levantarse es que llevaba los brazos y los hombros al descubierto, aunque eso no era de extrañar, ya que en verano dormía muchas veces desnuda, pero esta vez llevaba ropa puesta.
El sol del medio día le dio en la cara dejando entre veer una belleza madura, ya serían las 12 hora de la mañana, hora de levantarse y almorzar. Giró sobre sus pasos, al tiempo que su mirada se dirigía hacia el espejo situado enfrente, al verse en él se horrorizó y un grito de terror salió de su garganta.
Después de unos segundos empezó a pensar tratando de serenarse. ¿Que le habría pasado a su larga y ondulada melena rubia?, su pelo ahora era corto y de color caoba, pero sobre todo ¿con qué extraños atuendos se cubría? Una especie de blusa sin mangas que dejaba sus brazos, hombros y cuello al descubierto. Pero lo que más le llamaba la atención era aquel extraño artefacto que se ajustaba a sus senos: Eran como dos serones pequeños de color negro sujetos a su cuello y espalada por unos lazos finos, con un gesto casi inconsciente se quitó la blusa y trató de arrancar de su piel aquello que le apretaba el pecho, no con pocas dificultades al fin lo consiguió. Luego siguió bajando su mirada, y se dio cuenta que llevaba puesto una especie de tubo que le cubría desde los pies hasta la cintura, al principio era uno solo que se abría en dos tubos un poco mas abajo ajustándose a sus muslos, y le llegaba hasta los tobillos. De joven había bajado en más de una ocasión a las mazmorras del castillo, contemplando aquellos aparatos de tortura, que en nada se parecían aquello, ni siquiera los empleados con las mujeres, tal vez sería algún cinturón de castidad, que en ocasiones le decía su padre en broma que le iba ha poner cuándo la veía tonteando con los chicos.
Se fue apoyar en una vieja arca que sostenía una palangana para asearse por las mañanas ¡Que asco! Todo lleno de oxido y ni una sola gota de agua. Marina volvió a pensar que era muy raro todo aquello, con lo limpia que era Teresa, aunque últimamente andaba un poco despistada desde que ella un día usando un viejo truco, le robó un beso en los labios, aunque solo duró unos segundos, noto en los de Teresa temblor y miedo a la vez. Días después le dijo que no le había gustado pero Marina no la creyó, de todas formas aquello no era escusa para tenerlo todo de esa manera, como si hieran lustros que no se limpiara nada.
Con pasos torpes y temblorosos la joven se acercó a la ventana para mirar al exterior. Nuevamente sus ojos tardaron en adaptarse a lo que veía fuera, el patio de armas lleno de extrañas mesas y sillas. Y las personas que allí se sentaban vestían de una forma rara aunque parecida a la suya. Trato de fijar sus ojos en las mujeres a ver lo que llevaban puesto, pues la verdad es que no diferían mucho de aquellos atuendos con los que se había despertado aquella mañana. Que se habrían hecho de las capas, los vestidos, los hábitos etc. pero sobre todo lo que más le llamaba la atención eran aquellas plataformas con las que caminaban muchas mujeres. ¿Como podrían andar con aquello sin caerse? Como quería saber lo que estaba pasando se acerco al espejo, se puso un calzado que encontró en el arcón y se miró de nuevo en él, se vio extraña pero muy guapa, tiro de aquello que le ataba la cintura y entonces descubrió que debajo de aquella cosa rara había una prenda diminuta y casi inapreciable, vaciló un momento sin saber que hacer, pero la curiosidad por ver quien eran y que hacían todas aquellas personas en el patio de Armas fue superior a descubrir lo que llevaba puesto, ya lo miraría después. Se ahueco el cabello por por enésima vez, mientras pensaba que estaba extraña y esplendida a la vez, y con paso firme bajó del torreón, para ver quien le podía contar lo que allí estaba sucediendo.
FIN
Anaís Sánchez, Para Romance de una dama
El sueño de marina
EL SUEÑO DE MARINA
Por Anaís Sánchez
Marina acababa de despertarse y entreabrió los ojos a la luz del día, pronto una sensación extraña invadió todo su cuerpo y se estremeció. Lentamente fijó sus ojos en el techo, de él colgaban como péndulos infinidad de telas de araña de diferentes formas y tamaños, mientras en el ambiente se respiraba un olor nauseabundo a polvo y humedad que lo impregnaba todo y tapaba su nariz.
Sacudió su cabeza tratando de despertar, ya que últimamente desde que Yafar no estaba a su lado, tenía extraños sueños que no llegaba a comprender.
Con agilidad casi de un salto, cosa poco habitual en una mujer de su edad se incorporó, al hacerlo se noto extraña no sabía muy bien lo que le sucedía. Con pasos firmes se dirigió al ventanuco situado en una esquina de la pared, para abrirlo y así llenar de luz todos sus aposentos. La primera sensación que tuvo al levantarse es que llevaba los brazos y los hombros al descubierto, aunque eso no era de extrañar, ya que en verano dormía muchas veces desnuda, pero esta vez llevaba ropa puesta.
El sol del medio día le dio en la cara dejando entre veer una belleza madura, ya serían las 12 hora de la mañana, hora de levantarse y almorzar. Giró sobre sus pasos, al tiempo que su mirada se dirigía hacia el espejo situado enfrente, al verse en él se horrorizó y un grito de terror salió de su garganta.
Después de unos segundos empezó a pensar tratando de serenarse. ¿Que le habría pasado a su larga y ondulada melena rubia?, su pelo ahora era corto y de color caoba, pero sobre todo ¿con qué extraños atuendos se cubría? Una especie de blusa sin mangas que dejaba sus brazos, hombros y cuello al descubierto. Pero lo que más le llamaba la atención era aquel extraño artefacto que se ajustaba a sus senos: Eran como dos serones pequeños de color negro sujetos a su cuello y espalada por unos lazos finos, con un gesto casi inconsciente se quitó la blusa y trató de arrancar de su piel aquello que le apretaba el pecho, no con pocas dificultades al fin lo consiguió. Luego siguió bajando su mirada, y se dio cuenta que llevaba puesto una especie de tubo que le cubría desde los pies hasta la cintura, al principio era uno solo que se abría en dos tubos un poco mas abajo ajustándose a sus muslos, y le llegaba hasta los tobillos. De joven había bajado en más de una ocasión a las mazmorras del castillo, contemplando aquellos aparatos de tortura, que en nada se parecían aquello, ni siquiera los empleados con las mujeres, tal vez sería algún cinturón de castidad, que en ocasiones le decía su padre en broma que le iba ha poner cuándo la veía tonteando con los chicos.
Se fue apoyar en una vieja arca que sostenía una palangana para asearse por las mañanas ¡Que asco! Todo lleno de oxido y ni una sola gota de agua. Marina volvió a pensar que era muy raro todo aquello, con lo limpia que era Teresa, aunque últimamente andaba un poco despistada desde que ella un día usando un viejo truco, le robó un beso en los labios, aunque solo duró unos segundos, noto en los de Teresa temblor y miedo a la vez. Días después le dijo que no le había gustado pero Marina no la creyó, de todas formas aquello no era escusa para tenerlo todo de esa manera, como si hieran lustros que no se limpiara nada.
Con pasos torpes y temblorosos la joven se acercó a la ventana para mirar al exterior. Nuevamente sus ojos tardaron en adaptarse a lo que veía fuera, el patio de armas lleno de extrañas mesas y sillas. Y las personas que allí se sentaban vestían de una forma rara aunque parecida a la suya. Trato de fijar sus ojos en las mujeres a ver lo que llevaban puesto, pues la verdad es que no diferían mucho de aquellos atuendos con los que se había despertado aquella mañana. Que se habrían hecho de las capas, los vestidos, los hábitos etc. pero sobre todo lo que más le llamaba la atención eran aquellas plataformas con las que caminaban muchas mujeres. ¿Como podrían andar con aquello sin caerse? Como quería saber lo que estaba pasando se acerco al espejo, se puso un calzado que encontró en el arcón y se miró de nuevo en él, se vio extraña pero muy guapa, tiro de aquello que le ataba la cintura y entonces descubrió que debajo de aquella cosa rara había una prenda diminuta y casi inapreciable, vaciló un momento sin saber que hacer, pero la curiosidad por ver quien eran y que hacían todas aquellas personas en el patio de Armas fue superior a descubrir lo que llevaba puesto, ya lo miraría después. Se ahueco el cabello por por enésima vez, mientras pensaba que estaba extraña y esplendida a la vez, y con paso firme bajó del torreón, para ver quien le podía contar lo que allí estaba sucediendo.
FIN
Anaís Sánchez, Para Romance de una dama
Romance de una dama
El sueño de Marina
(El patio de armas)
Marina descendió del torreón con gran rapidez, en un par de ocasiones tropezó y estuvo apunto de caerse y bajar rodando por la vieja y desvencijada escalinata. Desde niña había subido y bajado por ella cientos, miles de veces a la carrera. Pero ahora algo en ella que no le era familiar, como casi todo lo que en aquella mañana le estaba sucediendo.
Por fin en apenas un instante de tiempo que se le hizo una eternidad llegó al final de la escalera, y se dispuso a salir a la calle sorteando de una manera intuitiva un montón de herramientas e utensilios hasta entonces desconocidos para ella. Por fin la tan ansiada libertad, y un hermoso día se abrió paso delante de sus ojos.
Corrió por el patio del Castillo como si de una niña se tratara, en lugar de una dama de su clase, sorteando a la gente de una manera intuitiva casi sin darse cuenta. Exhausta por la carrera en medio de aquel bullicio, sus ojos trataban de descubrir entre aquella muchedumbre que reían y se divertían algún noble o vasallo conocido. Pero por más que miraba en torno suyo, nadie de los presentes le resultaba familiar.
De repente sus ojos se dirigieron hacia una mesa situada en un rincón, allí había una niña de unos diez años más o menos, que la observaba con curiosidad e interés. Mientras que el resto de las personas unas siete u ocho charlaban animadamente. Marina sonrió y con paso firme y decidido se dirigió hacia la jovencita, al tiempo que la saludaba en un Castellano antiguo, algo casi e ininteligible para SILVIA.
Marina: Hola cielo ¿que tal estas?, ¿te ha gustado mi castillo?
Silvia en lugar de contestarle interrogó a su abuelo al tiempo que le tiraba de la americana para llamar su atención.
Silvia: abuelo esta Sra. es la dueña del castillo.
Francisco dirigió su mirada hacia aquella extraña mujer, que por la forma de hablar formaría parte del espectáculo de animación que en el Parador se estaba preparando con motivo de su aniversario. Al fijar su mirada en los ojos de marina se estremeció. No sabía muy bien porque, era algo remoto algo del pasado lo que le inquietaba.
Francisco se levantó al tiempo que saludaba a mujer haciendo una reverencia a modo de saludo.
Francisco: es un placer conocer a una dama tan distinguida y culta como vos, no hay nadie en toda Castilla que no haya oído hablar alguna vez de su belleza.
Marina observó aquel hombre de unos sesenta años maduro, fornido y curtido por el sol, que aún conservaba en los rasgos y en las facciones de su piel una belleza extraordinaria pese a la edad. Pero el tono de su voz no le gustó, le sonó a mofa, a sarcasmo Por lo que rápidamente y en un perfecto latín contestó.
Marina: Muchas gracias por su palabras Sr..... Es para mi un honor compartir mi casa con Vds.
Paco se quedó de piedra, nadie en la universidad ni cuando se sacó la cátedra para dar clases hablaba latín de una manara tan fluida y perfecta como aquella mujer. Para hablarlo así tenía que practicar todos los días y el latín era una lengua muerta que hacia mas de quinientos años que ya no se utilizaba. Parpadeó un instante al tiempo que clavaba sus ojos en la recién llegada. Al hacerlo de nuevo se lleno de zozobra. Los ojos de Marina eran iguales a los de su nieta Silvia como si de madre e hija se trataran tratando de serenarse balbuceo unas palabras en latín.
Francisco: Discúlpeme, Me llamo Francisco De Quesada y Motejar para servir a DIOS Y Vd. Mi familia y yo estamos encantados de visitar su casa.
Marina sonrió alagada por las palabras de aquel hombre, sabia reconocer a un caballero vistiese como vistiese, y aquel lo era, en aquella época convulsa, donde abundaban los rufianes y los falsos caballeros, que de eso solo tenían la capa y la espada, pero con unos valores totalmente corrompidos.
Marina para quitar un poco de hierro al asunto y llevar la conversación hacia temas más informales, le interrogó.
Marina: si le hago una pregunta ¿se reirá Vd. de mi?, en que año ¿estamos viviendo?
Paco dudó un momento, tantas veces habían cambiado el
Calendario, al final respondió.
Francisco: en el 2003 Srta...
Marina: Marina ese es mi nombre, ¿Ya se fueron los árabes de castilla?
Paco en tono socarrón contestó:
Francisco: Sí, ahora vienen otra vez pero esta vez a trabajar, no para invadirnos.
Marina no entendió muy bien la respuesta al tiempo que desvió la mirada hacia Silvia. Al mirar sus ojos creyó verse en el espejo o en el río cuando era niña, eran idénticos a los suyos y el cabello dorado casi hasta la cintura, era igual que el de ella de pequeña, hasta el viento que soplaba suavemente formaba en el los mismos enredones que ella cuando era de su misma edad. De una manera intuitiva sin saber porqué le pregunto a la niña con la dulzura de una madre, y dirigiéndose a ella en lengua romance
Marina: Donde está ¿Tu mamá tesoro?
Al oírla los ojos de la niña se llenaron de lágrimas pero no sollozó.
Su abuelo con voz solemne interrumpió:
Francisco: Murió el año pasado en un accidente de trafico en Córdoba, al lado de Medina-azahara.
Al oír este nombre Marina se estremeció. Yafar en más de una ocasión le había propuesto de fugarse juntos y formar una familia cerca del Guadalquivir en Medina-Azahara. Y tener aquellos hijos que ella con tanto anhelo deseaba tener con el hombre que tanto amaba.
Marina respondió: Lo siento, al tiempo que sus ojos se humedecían y casi se llenaban de lagrimas. Paco se dio cuenta de lo que le estaba pasando a la mujer, pero no dijo nada.
Marina se despidió, con ha sido un placer y se alejo a paso ligero para que no la vieran llorar.
Cuando Marina se fue Silva se abrazo a su abuelo, al tiempo que sollozaba desconsoladamente, mientras se preguntaba así misma porqué se parecía tanto a Marina.
Uno de los hombres que hasta entonces charlaba y reía animadamente bebiendo cerveza con un grupo de amigos, se acercó a la niña y con voz dulce y melodiosa le dijo a su hija:
Que te pasa Silvi, ¿Porqué lloras?
La niña no contesto, en su lugar lo hizo su abuelo, con una locución seca y metálica:
Francisco: No pasa nada, para ti nunca pasa nada, desde que murió mi hija nunca pasa nada.
Y cogiendo a su nieta del brazo se alejó camino del bar para comprarla a la niña un helado.
(Continuará)
Anaís Sánchez, para Romance de una dama
Romance de una dama
El sueño de Marina
(El patio de armas)
Marina descendió del torreón con gran rapidez, en un par de ocasiones tropezó y estuvo apunto de caerse y bajar rodando por la vieja y desvencijada escalinata. Desde niña había subido y bajado por ella cientos, miles de veces a la carrera. Pero ahora algo en ella que no le era familiar, como casi todo lo que en aquella mañana le estaba sucediendo.
Por fin en apenas un instante de tiempo que se le hizo una eternidad llegó al final de la escalera, y se dispuso a salir a la calle sorteando de una manera intuitiva un montón de herramientas e utensilios hasta entonces desconocidos para ella. Por fin la tan ansiada libertad, y un hermoso día se abrió paso delante de sus ojos.
Corrió por el patio del Castillo como si de una niña se tratara, en lugar de una dama de su clase, sorteando a la gente de una manera intuitiva casi sin darse cuenta. Exhausta por la carrera en medio de aquel bullicio, sus ojos trataban de descubrir entre aquella muchedumbre que reían y se divertían algún noble o vasallo conocido. Pero por más que miraba en torno suyo, nadie de los presentes le resultaba familiar.
De repente sus ojos se dirigieron hacia una mesa situada en un rincón, allí había una niña de unos diez años más o menos, que la observaba con curiosidad e interés. Mientras que el resto de las personas unas siete u ocho charlaban animadamente. Marina sonrió y con paso firme y decidido se dirigió hacia la jovencita, al tiempo que la saludaba en un Castellano antiguo, algo casi e ininteligible para SILVIA.
Marina: Hola cielo ¿que tal estas?, ¿te ha gustado mi castillo?
Silvia en lugar de contestarle interrogó a su abuelo al tiempo que le tiraba de la americana para llamar su atención.
Silvia: abuelo esta Sra. es la dueña del castillo.
Francisco dirigió su mirada hacia aquella extraña mujer, que por la forma de hablar formaría parte del espectáculo de animación que en el Parador se estaba preparando con motivo de su aniversario. Al fijar su mirada en los ojos de marina se estremeció. No sabía muy bien porque, era algo remoto algo del pasado lo que le inquietaba.
Francisco se levantó al tiempo que saludaba a mujer haciendo una reverencia a modo de saludo.
Francisco: es un placer conocer a una dama tan distinguida y culta como vos, no hay nadie en toda Castilla que no haya oído hablar alguna vez de su belleza.
Marina observó aquel hombre de unos sesenta años maduro, fornido y curtido por el sol, que aún conservaba en los rasgos y en las facciones de su piel una belleza extraordinaria pese a la edad. Pero el tono de su voz no le gustó, le sonó a mofa, a sarcasmo Por lo que rápidamente y en un perfecto latín contestó.
Marina: Muchas gracias por su palabras Sr..... Es para mi un honor compartir mi casa con Vds.
Paco se quedó de piedra, nadie en la universidad ni cuando se sacó la cátedra para dar clases hablaba latín de una manara tan fluida y perfecta como aquella mujer. Para hablarlo así tenía que practicar todos los días y el latín era una lengua muerta que hacia mas de quinientos años que ya no se utilizaba. Parpadeó un instante al tiempo que clavaba sus ojos en la recién llegada. Al hacerlo de nuevo se lleno de zozobra. Los ojos de Marina eran iguales a los de su nieta Silvia como si de madre e hija se trataran tratando de serenarse balbuceo unas palabras en latín.
Francisco: Discúlpeme, Me llamo Francisco De Quesada y Motejar para servir a DIOS Y Vd. Mi familia y yo estamos encantados de visitar su casa.
Marina sonrió alagada por las palabras de aquel hombre, sabia reconocer a un caballero vistiese como vistiese, y aquel lo era, en aquella época convulsa, donde abundaban los rufianes y los falsos caballeros, que de eso solo tenían la capa y la espada, pero con unos valores totalmente corrompidos.
Marina para quitar un poco de hierro al asunto y llevar la conversación hacia temas más informales, le interrogó.
Marina: si le hago una pregunta ¿se reirá Vd. de mi?, en que año ¿estamos viviendo?
Paco dudó un momento, tantas veces habían cambiado el
Calendario, al final respondió.
Francisco: en el 2003 Srta...
Marina: Marina ese es mi nombre, ¿Ya se fueron los árabes de castilla?
Paco en tono socarrón contestó:
Francisco: Sí, ahora vienen otra vez pero esta vez a trabajar, no para invadirnos.
Marina no entendió muy bien la respuesta al tiempo que desvió la mirada hacia Silvia. Al mirar sus ojos creyó verse en el espejo o en el río cuando era niña, eran idénticos a los suyos y el cabello dorado casi hasta la cintura, era igual que el de ella de pequeña, hasta el viento que soplaba suavemente formaba en el los mismos enredones que ella cuando era de su misma edad. De una manera intuitiva sin saber porqué le pregunto a la niña con la dulzura de una madre, y dirigiéndose a ella en lengua romance
Marina: Donde está ¿Tu mamá tesoro?
Al oírla los ojos de la niña se llenaron de lágrimas pero no sollozó.
Su abuelo con voz solemne interrumpió:
Francisco: Murió el año pasado en un accidente de trafico en Córdoba, al lado de Medina-azahara.
Al oír este nombre Marina se estremeció. Yafar en más de una ocasión le había propuesto de fugarse juntos y formar una familia cerca del Guadalquivir en Medina-Azahara. Y tener aquellos hijos que ella con tanto anhelo deseaba tener con el hombre que tanto amaba.
Marina respondió: Lo siento, al tiempo que sus ojos se humedecían y casi se llenaban de lagrimas. Paco se dio cuenta de lo que le estaba pasando a la mujer, pero no dijo nada.
Marina se despidió, con ha sido un placer y se alejo a paso ligero para que no la vieran llorar.
Cuando Marina se fue Silva se abrazo a su abuelo, al tiempo que sollozaba desconsoladamente, mientras se preguntaba así misma porqué se parecía tanto a Marina.
Uno de los hombres que hasta entonces charlaba y reía animadamente bebiendo cerveza con un grupo de amigos, se acercó a la niña y con voz dulce y melodiosa le dijo a su hija:
Que te pasa Silvi, ¿Porqué lloras?
La niña no contesto, en su lugar lo hizo su abuelo, con una locución seca y metálica:
Francisco: No pasa nada, para ti nunca pasa nada, desde que murió mi hija nunca pasa nada.
Y cogiendo a su nieta del brazo se alejó camino del bar para comprarla a la niña un helado.
(Continuará)
Anaís Sánchez, para Romance de una dama
Romance de una dama
El sueño de marina
(Enamorarse como una jovencita)
Marina salió del patio del castillo con paso ligero como si tratase de huir de algo, igual que había hecho desde que se despertó aquella mañana. Iba tan deprisa, que ha poco mas es atropellada por alguno de aquellos extraños carruajes sin caballos, que al parecer deberían ser cosa del diablo, pues se encontraban por todos los lados. El joven conductor la increpo: ¡¡Mira por donde vas guapa!! Que eres muy joven para morir. Marina al oír que alguien le gritaba, volvió la cabeza dispuesta a responder aireadamente, pero al ver que se trataba de un chico mancebo y guapo, que le sonría al tiempo que le dejaba pasar. Se mordió la lengua mientras que se tocaba el pelo, tratando de buscar aquella melena rubia que desde aquella mañana ya no tenía.
Continuó bajando por el callejón que hasta la noche anterior estaba lleno de tabernas y pajares, de estos últimos no había ni rastro y las tabernas se veían muy cambiadas. Tampoco estaba la posada de Gaspar, con su impresionante portón. Solo perduraba una vieja inscripción labrada en madera en la taberna de Julián. Marina sin dudarlo cruzó el umbral de la puerta, y se detuvo a mirar en su interior.
Un joven de unos 25 años la miraba embobado, como si nunca antes hubiera visto una mujer. Era Raimundo, un buen chico conocido en toda Sigüenza por lo buena persona que era y también por aquella falta de maldad, que en más de una ocasión se había ganado alguna broma pesada de algún vecino malicioso. Las chicas pese a su buena planta no lo tomaban en serio, además Raimundo tenía un defecto, tartamudeaba al hablar, sobre todo cuando estaba delante de una mujer.
Raimundo con hilo de voz la interrogo: ¿Qué desea tomar la srta.?
Marina no contestó, lo contemplaba embobada envuelta por sus ojos negros, unos ojos negros grandes y hermosos, pero que no tenían el hechizo de los de Yafar. Marina lo miró de arriba abajo durante unos segundos y después se dejo seducir por aquellos ojos tan bellos como faltos de maldad. Sin darse cuenta su deseo y excitación iban en aumento, al tiempo que su belleza se hacia mayor. Eran sensaciones de su cuerpo que no podía controlar, como si de una jovencita se tratase más que de una mujer de su edad.
Roberto, el dueño del restaurante salió de la cocina dando gritos, ¡¡como está el asado de cordero de la 3 (mesa)!!, Macho que este es uno de los mejores restaurantes de Sigüenza, y no lo digo yo lo dice todo el mundo, ¡¡que no te enteras chaval!!. Roberto al verlos tan ensimismados como si de dos enamorados se tratase, cogió la bandeja y con su mejor sonrisa se dirigió a la mesa tres, allí una pareja de mediana edad le esperaban hambrientos, él se disculpó con un: Lo siento y acto seguido se volvió para la cocina.
Marina sabia como mujer que era, que la única que podía parar aquello era ella, la única que podía evitar besarlo y caer rendida entre sus brazos. Así desoyendo el deseo de su cuerpo, que le pedía otra cosa, se dio media vuelta y se despidió con un adiós, que en los oídos del chico sonó a gloria vendita al tiempo que salio precipitadamente del local.
Raimundo reaccionó y trató de buscar la bandeja con el asado, por supuesto no la halló, en ese momento el jefe salía de la cocina diciendo: Tío ni que hubieras visto a un fantasma.
Raimundo preguntó procurando no engancharse: ¿y la bandeja del cordero?
Roberto: del cordero no quedan más que los huesos, anda ves a ver que quieren de postre, ¿Por cierto esa chica es amiga tuya?
Raimundo contestó después de pensárselo un poco como siempre hacia: Pues no lo sé, no, no la he visto en mi vida, pero ahora que lo dice jefe creo que sí, que es mi amiga.
Marina subió al torreón y se quitó como pudo aquella ropa tan cómoda y que también le quedaba, luego se tumbó en la cama con los brazos y las piernas abiertas, pensando en lo bien que le iría un buen baño, en una de aquellas tinajas, que los mercaderes Árabes trajeron de Valencia, la ayudaría a relajarse y quitarse de su mente todos aquellos pensamientos turbadores que había tenido mientras miraba a Raimundo. Pero Teresa no estaba, ni el resto de la servidumbre, así que lo mejor que podía hacer era dormir, ya que empezaba a tener hambre y allí no había nada que comer, seguramente al despertar todo habría pasado, todo volvería a la normalidad. ¿Pero realmente Marina quería despertar de aquel sueño?
Continuará (Texto provisional)
Anaís Sánchez, para Romance de una dama