Era un quince de julio, entre risas, música y una lluvia de fuegos artificiales dos miradas se cruzaban ajenas al bullicio de la noche , un hola cómo estás, un cómo te llamas y un nos volveremos a ver, dejaron grabadas aquellas sonrisas , iluminadas por la insistente luz que caía del cielo y la atracción que la misma ofrecía.
Durante todo un año él regresaba cada fin de semana, al mismo lugar, con la esperanza de volverla a ver, pero ella se había ido a estudiar fuera y hasta el verano siguiente no regresó al mismo sitio .
De nuevo las fiestas, ella recorría cada rincón donde la música sonaba, él recorrió aquel lugar, durante horas, pero quizás era el destino, quien no quería que se encontraran, y así pasó la noche, sin que ambos coincidieran.
Durante dos años, la vida pasaba para los dos, en diferentes sitios, de vez en cuando, el recuerdo de aquella noche que se vieron, les visitaba, pero los dos seguian avanzando en sus caminos, sin dejar a un lado cada propuesta que el tiempo les adelantaba.
Pero un día cualquiera de invierno, volvieron a encontrarse, fue tan fuerte la atracción entre los dos, que a él se le olvidó contarle el camino que había andado, para llegar hasta ella esa noche. Todo parecía un sueño para los dos, un sueño real , perfecto, una verdadera película de amor, que vivieron los dos durante un tiempo, él se sumergía en ese sueño con ella los fines de semana y el restodespertaba, para continuar el camino que andaba, antes de volver a encontrarla a ella.
Un buen día, alguien ,con la mejor intención del mundo, rompió el hechizo de ese sueño, un buen amigo, le hizo ver a ella el despertar más amargo que hubiera imaginado, solo faltaban quince días, para que él emprendiera un nuevo camino. Alguien que había conocido, mucho después que a ella, le esperaba en algún lugar.
Él no quería perderla, pero tampoco podía volver atrás, lo que ya había decidido antes de volver a encontrarse, no tenía el valor suficiente para cambiar el rumbo o tal vez ese era su argumento, carente de valor y sentimientos para ella.
Pasaron diez años sin que supieran nada uno del otro, pero a él no le fueron bien las cosas en su nuevo destino y el recuerdo le perseguía y removió cielo con tierra, para intentar encontrarla. Un día sonó el teléfono y era él, tratando de justificar lo injustificable y de volver a vivir aquel sueño, ella colgó el teléfono, sin decir palabra y continuó caminando.
Cinco años después, volvieron a encontrarse, en el mismo lugar que aquella primera vez, la atracción fue más fuerte que la realidad y durante unos segundos los dos vivieron el recuerdo de otro tiempo.
Se volvieron a llamar y a contarse sus vivencias, él había recorrido durante todo ese tiempo un camino aburrido, donde el día a día le fue llevando a la amargura. Ella...no supo explicarle, donde estaba el principio del suyo, ni por donde tenía que seguir... para llegar al final.
Una historia, cargada... ¿de amor o atracción? llena de sorpresas, que solo la vida sabrá... por qué la puso... al alcance, de un corazón ilusionado...
Susana.