hace una semana que tuve que sacrificar a mi gato y no hay un día que no me acuerde de él
todos los días pienso mucho en mi gato. Tuve que sacrificarlo con todo el dolor de mi corazón, hace una semana, pues de buenas a primeras, llegué al campo que era donde lo tenía y estaba muy triste, sin ganas de comer y dormido todo el rato. Al siguiente día, seguía igual y lo llevé al veterinario y me dijo que había contraido una enfermedad incurable en los gatos y que no tenía solución, que lo mejor que podía hacer sería sacrificarlo. Me quedé sin palabras, y preferí esperar al día siguiente haber si lo encontraba un poquito mejor. A penas pude dormir esa noche pensando en mi pobre gato, pues nunca me podría haber imaginado que llegaría coger tanto cariño a un pequeño gato que ni tan siquiera tenía en mi casa, sino en el campo. Al día siguiente a primera hora ya estaba yo en el campo, y se me partió el corazón cuando al llegar llamé a mi gato como de costumbre y no salió a recibirme y me lo encontré echado en su casetita sin apenas poderse mover. En esos momentos el mundo se me cayó encima, pues me miró y me lanzó el maullido más triste que en mi vida podré olvidar, apenas se mantenía en pie, no bebía ni comía absolutamente nada y los ojos los tenía todo llenos de lágrimas. Lo cogí inmediatamente y me lo llevé para el veterinario haber si hubiera un rallito de luz, o si por el contrario terminar ya con su sufrimiento, aunque no quisiera aceptarlo. Al final lo tuve que dejar para sacrificarlo, pues me dijo que era lo mejor que podía hacer por él, y con todo el dolor de mi corazón, allí me despedí de él y allí lo tuve que dejar. Desde entonces, cada vez que llego al campo, me parece vacío, todo me recuerda a él y lo estoy pasando francamente mal, le echo mchísimo de menos. No sé cuando se me pasará esta tristeza que tengo por dentro. Un beso.