MOMENTOS
¡Al enfermo lo que pida!
Todos los síntomas del individuo
Ese malestar de cabeza, inapetencia,
Debilitamiento general, fiebre, y más,
Fueron aniquilándolo lentamente.
Moría a sorbos de café, por la noches
Insomnio y de día diarrea, ni siquiera
Las lecturas atmosfera habitual de su
Existencia apaciguaban su alma errante,
Y esos periodos de mortificante postración
Hacían del confesionario su habitar.
Apenas alcanzaba a sostener con firmeza
La pluma entintada de sangre y plomo,
Con matices sepia y su entorno de pintor,
Luego de la práctica epistolar del hombre
Ciego de insomnio, Don Alexan el coyote
Por mal nombre bendecido por el plebeyo,
Acostumbraba al pulso de su mano, escribir
La nota del día en su diario Hoy ame una vez
Mas a mi huachita, pero ella no lo sabe,
Le hable al oído al pasar junto de mi, pero
Ella no me miro ni se percato de mi presencia
Decía la nota del 30 de mayo, los trazos
Vacilantes de su firma apenas se reconocían
Los rasgos insolentes del tiempo, obcecado
Por ese amor imposible moría inhabilitado,
Su catrera maloliente y ya pútrida por el olor
De la mugre y del café, se esforzaba por,
Dictarle a su mano líneas menos dolientes
Menesterosas, que rebelaran su suerte.
Otro día otra nota Acudí al congreso de oficio
En la ciudad de Salamanca, encontré a
Mi amada Huachita, esta vez me dirigió
Una mirada una frase corta que decía
Tanto de lo poco que necesitaba, una
Lagrima invisible en los ojos del Cristo
Moribundo de la capilla de san Antonio
Rodo al ver aquel sujeto hambriento de amor.
Su condición de extremado agotamiento,
Unido a la medicina no práctica que recibía
Del curandero, del boticario y hasta de
Aquel quien se decía experto en males del corazón,
Le aconsejaron no salir de su cuarto,
Prender una vela con los rayos del sol
Asistir al panteón a la doce de la noche
Y rezar de cabeza, ir a quemar huesos.
Tantas cosas cambiaron de sus postreros
Días de poeta en parís, que él no era más el
De cómo le había contagiado esa pasión
Pues él se debía a ella, a su piel,
A su entrega, y a ese padecimiento
De ser un enamorado fiel, pero ella,
Ella no estaba más, ahora vivamente
Enamorado de la huachita, perdía la razón,
El joven Alexan, tan seguro de él,
Ahora los terrores y la muerte del filosofo,
Su mentor lo degradaba al grado de llorar
Casi por nada, una nota más Hoy 28 de junio
Del año del señor, parto sin rumbo,
Donde la frontera no es ya más mi frontera
Donde el sol quema a viva piel y la luna
Se esconde del pudor del hombre,
Allá donde la mentira es inerte y el corazón
Es puro corazón, adiós por la vez última pedazo
De mi vida, adiósla insolencia del poeta
Y su ya antigua costumbre de pedir
Imposibles, pues la vida no es capricho
Del hombre, ni por la clarividencia ni por
Las cartas, ni por cualquier otro medio,
El ávido poeta hará rezumbar el alma,
Tendría que ser un estoico ante el imperio
Inexorable de su agonía y su perecimiento
de poeta, para merecer el don de la letra.
JESUS MORENO GOMEZ
AUTOR
