Montañas. De siluetas finas.
Montañas. Que engrandecen
el paisaje.
Montañas. Bañadas por una gran
cascada de aguas cristalinas.
Emerge, la silueta de un hombre,
que se transforma en músculos
fuertes y finos.
Hombre, que irrumpe la tranquilidad
y agita sus aguas.
Hombre, de encante perfecto.
Sale, de la cascada una mirada, fina
y delicada, tierna y
enamorada. Pero
con aroma varonil.
Hombre, de belleza perfecta.
Hombre, de mirada profunda y misteriosa.
Melancólico y quisquilloso.
Como cuando el mar mira a la playa.
Pero se aleja.
Hombre, con alma de niño, pero
de corazón valiente.
Hombre, inteligente, elegante y
de sentimientos puros y sinceros.
Hombre, fiel. Que enaltece el amor
de su amada.
Hombre, orgullo de muchas, envidia
de tantas.
Hombre, que atrae todas las miradas, por
su interior limpio y transparente.
Hombre, que irrumpe mis pensamientos.
Hombre, que hace vibrar mi corazón.
Hombre, que enaltece y engrandece el
amor de una mujer.