Ella me hablaba con mucha emoción,
seguramente en espera de mi declaración,
pero yo no le declaraba mi amor,
y todo por mi ... temor.
Y una buena ocasión la tuve una vez
que ella entusiasmada me sonreía,
pero yo aferrado a mi timidez,
y cohibido no me atrevía...
Y ahora me doy cuenta de que había cometido
una tontería al no decirle lo que sentía mi corazón,
pero yo estoy totalmente convencido
de que volverá haber otra buena ocasión.
Mientras tanto -con ahínco- entablaré
una lucha contra esa maldita timidez, y la venceré;
y ya vencida..., le declararé mi amor apasionado
a mi amada, y sin temor, porque sé que seré recompensado.