Tedi (historia real)
Tedi se llamaba un bonito perro que tuve allá por el año 1936. Tenía yo algo más de siete años y medio. Época en que la cosas iban muy mal en nuestra España. La gente hablaba de una guerra. Yo algo comprendía; pero mi preocupación era jugar con los chiquillos y con Tedi.
Cuanto tiempo ha pasado, y sin embargo me acuerdo de este perro como si fuese ayer; y lo que de él digo es verdadero. En casa y fuera era cariñoso; fue muy inteligente y en él tuve un fiel compañero. Nunca lo tendré en el olvido y siempre le estaré a gradecido, pues creo que dio su vida por salvar la mía y por eso en su memoria os cuento todo lo sucedido:
Yo vivía en Santiago de Compostela donde nací. Mis padres también eran gallegos. Mi madre era ama de casa, y mi padre era taxista. Pero el coche que poseíamos se averió y estaba guardado en el garaje que teníamos detrás de casa en espera de una pieza para poder repararlo. De momento, mi padre trabajaba con un amigo suyo que tenía dos taxis.
Donde estaba situada nuestra casa parecía un cuartel: primero había un taller mecánico; a continuación un portalón muy grande que por cierto siempre estaba abierto para dar entrada a un patio que había en el interior. Al portalón le seguía nuestra casa no era muy grande, pero confortable, y a su costado un muro contra el costado de otra casa que se encontraba detrás de la nuestra esta casa tenía la entrada por el patio. Del otro costado de esta casa otro muro contra nuestro garaje; y del garaje aún otro muro contra el susodicho taller mecánico. La entrada de nuestro garaje también daba al patio; y en este garaje, a demás del coche había muchos trastos nuestros y de los vecinos de la otra casa. Nuestro garaje tenía un defecto muy preocupante: detrás de este garaje había un transformador de corriente eléctrica parecía un quiosco. De este transformador salían tres cables hacia el taller mecánico que por negligencia de alguna o de algunas personas pasaban por encima de nuestro garaje.
Mi padre, decía:
-Estos cables nos han de dar un disgusto.
Y el tiempo le dio la razón (más adelante se sabrá).
Estaba yo en casa tomando mi merienda cuando de pronto oigo el frenazo de un vehículo. Unos aullidos; y la gente que gritaba:
-¡El perro! ¡El perro! ¡Lo ha atropellado una motocicleta!...
Yo asustado ya no podía tragar la merienda. Miro por la ventana y veo a Tedi, corriendo y cojeando e iba hacia el portalón. Me eché también a correr, pero cuando llegué al patio ya no se veía a mi Tedi por ninguna parte; busco por todos los rincones y no lo encuentro. Entonces me fijé en la vieja puerta de nuestro garaje la cual como siempre estaba entreabierta. Miro dentro, nada, entonces ya preocupado llamo:
-¡Tedi! ¡Tedi!...
Pero nada se mueve, ni nada se oye, solamente el silencio me acompaña en mi tristeza. Estuve llamando y esperando, pero mi persistencia no obtenía ninguna respuesta; ya anochecía. Mi padre vino a buscarme y me dijo:
-Ya sé lo que ha pasado; un vecino me lo ha contado y también me dijo que vio ir al perro hacia el portalón. Así que debemos tener mucha precaución, pues puede coger la rabia. Voy prevenir a tu madre, y tú procura no andar por aquí.
Después de esta advertencia regresamos para casa. La puerta del garaje quedaba entreabierta; mi padre decía que dentro había humedad, y además la dichosa puerta no cerraba nada bien.
Poco dormí en toda la noche. Mis ojos no podían cerrarse por culpa de las lágrimas que manaban sin cesar. Y aunque no iba al colegio (era el mes de julio y estaba de vacaciones) me levanté temprano mi padre ya se había marchado a su trabajo; y entristecido le dije a mi madre:
-Voy dar una vuelta para ver si encuentro a Tedi.
-Eso de ningún modo, pues si tiene la rabia puede morderte dijo mi madre un poco nerviosa.
-¡Qué rabia ni que porras! exclamó mi abuela y prosiguió: voy yo con él...
Antes de continuar es lógico presentar a la familia que participa en esta historia; en casa vivíamos: mi abuela materna, mis padres, mi hermana que aún era un bebe y yo. Y ahora que está hecha la presentación yo incluido prosigo: mi abuela y yo entramos en nuestro garaje donde creíamos que se ocultaba el pobre animal. Rápidamente y anticipándome a mi abuela llamé a mi fiel compañero... Y mis angustiosas llamadas obtuvieron respuesta, pues inmediatamente se oyeron unos gemidos lastimeros.
-¡Es Tedi! ¡Es Tedi! grité entusiasmado.
-No grites, ya lo oigo me regaño mi abuela; y con voz cariñosa llamó: -¡Tedi!, ven bonito, ven.
De pronto, vemos salir a nuestro Tedi de detrás de una vieja cómoda, cojeando y gimoteando, pero sin la rabia; lo acaricié y me lamió las manos. Mi abuela le miró todo el cuerpo, y dijo:
-Solamente tiene una magulladura en la pata izquierda de delante. Tú espera aquí, yo voy buscar comida, agua, y vinagre para curarle la contusión.
Cuando mi abuela regresó; el chiquillo más feliz del mundo era yo.
-Ahora dijo mi abuela lo vamos dejar aquí unos días; pero tú no estés triste. Pues aunque tu padre no lo quiera en casa de momento a causa de nuestra niña. Ya verás como no tardará en aceptarlo.
Pasaron dos días sin novedad, pero al tercer día al anochecer el cielo se volvió un infierno: viento, lluvia, relámpagos, rayos y truenos. Un temporal verdaderamente infernal; y las tormentas en verano suelen ser muy peligrosas. Yo miraba por la ventana hacia el garaje, y pensaba si Tedi tendría miedo. De repente un rayo guiado por el destino cortó dos de los cables eléctricos del taller mecánico, y al mismo tiempo se produjo una explosión que me hizo estremecer. La parte de los cables rotos que salían del transformador, al juntarse producían chispas y humo, y se diría que por el empedrado suelo del patio serpenteaba una serpiente de fuego. Yo temiendo por Tedi, salí de casa a todo correr y sin prestar atención a los cables eléctricos. Entonces oí los gritos de mi padre llamándome:
-¡Suso! ¡Suso! (Este es el hipocorístico del n. p. de Jesús) ¡Quieto! ¡No te muevas!...
Quedé inmóvil, petrificado, como pegado al suelo; no por los gritos de mi padre, sino por Tedi el cual al salir del garaje corriendo hacia mí aunque cojeando; los cables eléctricos se enroscaron en él electrocutándolo. Fue horrible, y en mi mente quedó gravado para siempre este recuerdo espeluznante. A los malditos cables no les bastó acabar con la vida de mi perro, sino que aun incendiaron nuestro garaje. De súbito, los cables eléctricos cesaron toda actividad dejando medio barrio a oscuras digo medio barrio porque en esos tiempos en muchas casas todavía no tenían la luz eléctrica.
Y todo sucedió con tanta rapidez que me costaba trabajo creerlo, pero el desdichado suceso era real.
El temporal amainaba. Mi padre y los vecinos intentaron salvar algo, pero a causa de las llamas era difícil. Los bomberos llegaron a toda prisa. Pero para mí el mundo se había acabado, y desconsolado lloraba. Mis lágrimas se juntaban con la gotas de lluvia que caían sobre mi cabeza; resbalaban por mis mejillas y se iban perdiendo en el mojado suelo. Y aunque la oscuridad de la noche intentaba ocultar lo ocurrido; con el resplandor del fuego se veía bien el final de la tragedia.
Al día siguiente mi padre quedó en casa para recuperar lo recuperable; el coche se salvó... Yo madrugué y salí al patio con los ojos llenos de lágrimas. Mi padre vino junto a mí; me cogió en sus brazos y me dijo intentando consolarme:
-No llores y sé valiente, pues ya eres un hombrecito y tienes que empezar a comprender que la vida es alegría y tristeza. Y para ganar el cielo hay que compartir nuestro amor y ser buenos y fieles como lo ha sido tu perro.
-Comprendo, papá...
Pero yo ya no escuchaba a mi padre. Embelesado miraba hacia el cielo donde ya estaba mi Tedi.
Ver también
Suso
Leo tus relatos y me gustan, pero éste me ha hecho brotar las lágrimas. Yo he tenido varios perros y cada uno ocupa un lugar en mi corazón. Ahora tengo tres y cada uno tiene su carácter y saben muy bien como hacerse entender. Por eso he compartido tu dolor al perder a Tedi. Pero nos queda el consuelo de haberlos conocido.
Besos
Alaire
Suso
Leo tus relatos y me gustan, pero éste me ha hecho brotar las lágrimas. Yo he tenido varios perros y cada uno ocupa un lugar en mi corazón. Ahora tengo tres y cada uno tiene su carácter y saben muy bien como hacerse entender. Por eso he compartido tu dolor al perder a Tedi. Pero nos queda el consuelo de haberlos conocido.
Besos
Alaire
Alaire
Me alegra que te gusten mis relatos por lo cual te doy las gracias. Y veo que conoces bien a los perros; estos animales que -como ya lo dije una vez- lo dan todo a cambio de nada. Yo también he tenido varios perros, pero lo ocurrido con Tedi me quedó grabado en mi mente para toda la vida.
También te doy las gracias por tu condolencia.
Besos
Suso1
Boas tardes suso
Es muy bonita tu historia(como todas)
Yo nunca he tenido un perro,pero mi sobrina tiene un Terrier precioso,lo unico malo q tiene es q cada vez q viene a visitarme me mea en la alfombra, pienso q es pq le gusta, pues en otras casas no hace pipi..
El final de tu historia es triste, pq perdiste a tu perrito,pero seguro q si aun miras hacia arriba, la estrella q mas brille , es el.
un biquiño
tierra3
Hola suso
Bello relato y triste, solo pueden entender tu tristeza quien como nosotros les gustan los animales. Yo támbien lloré una vez... se llamaba Tino, lo atropelló un camión delante de mí.. lloré mucho tiempo.
Un abrazo.Janana
Boas tardes suso
Es muy bonita tu historia(como todas)
Yo nunca he tenido un perro,pero mi sobrina tiene un Terrier precioso,lo unico malo q tiene es q cada vez q viene a visitarme me mea en la alfombra, pienso q es pq le gusta, pues en otras casas no hace pipi..
El final de tu historia es triste, pq perdiste a tu perrito,pero seguro q si aun miras hacia arriba, la estrella q mas brille , es el.
un biquiño
tierra3
Hola tierra3
Muchas gracias por lo de bonita. Y en cuanto al perro que te hace pipí en la alfombra, es para decirte que tu casa también es suya; es su manera de expresarse.
Pues sí, se me murió un perrito hace ya muchos años, pero aún guardo su recuerdo en mi memoria, y de seguro que en una brillante estrella que a veces veo en el cielo está él.
Rapaza es unha meiguiña.
Biquiños,
Suso1
Hola grisa1
Es enternecedor y emocionante que le escribas a tu perro que murió hace años. Yo te comprendo, y veo normal este acto de amor hacia un fiel amigo que el cielo se ha llevado. Tú sigue escribiendole y si tienes un poco de espacio en tu carta, dile a mi Tedi que su recuerdo perdura en mi mente.
Quiénes lean esto dirán que estamos chalados, pero que nos importa lo que digan estas personas, nosotros seguiremos dando nuestro amor a estos agradecidos y fieles compañeros.
Muchas gracias, y yo también te mando un abrazo enorme,
Suso1
Hola suso
Bello relato y triste, solo pueden entender tu tristeza quien como nosotros les gustan los animales. Yo támbien lloré una vez... se llamaba Tino, lo atropelló un camión delante de mí.. lloré mucho tiempo.
Un abrazo.Janana
Hola janana
Espero que Tino esté jugando con mi Tedi en el cielo. No me importa que algunas personas faltas de sensibilidad y ternura hacia los animales, se rían porque lloramos la muerte de nuestros afectuosos compañeros los perros. ¿Pero acaso no es maravilloso dar nuestro amor aquiénes nos lo recompensan con creces?
Muchas gracias,y un abrazo,
Suso1
Susito
No sabes cómo me ha conmovido tu relato, no he podido contener las lágrimas, en mi casa siempre hemos tenido algún perro y se lo mucho que se les quiere, son encantadores y nos dan un cariño inmenso.
No entiendo como hay gente que los trata tan mal cuando ellos nos dan todo su cariño. Pero sabes lo que me ha alegrado de tu relato?, que se te ve una persona sensible que ama a los animales, reconforta saber que hay gente así, que se que hay mucha, aunque lo malo, a veces, se note más que lo bueno.
Pues si, tu relato me ha encantado, espero seguir leyendo historias tuyas por aqui, se que debes de tener muchas que contar.
Un besote guapetón.
Susito
No sabes cómo me ha conmovido tu relato, no he podido contener las lágrimas, en mi casa siempre hemos tenido algún perro y se lo mucho que se les quiere, son encantadores y nos dan un cariño inmenso.
No entiendo como hay gente que los trata tan mal cuando ellos nos dan todo su cariño. Pero sabes lo que me ha alegrado de tu relato?, que se te ve una persona sensible que ama a los animales, reconforta saber que hay gente así, que se que hay mucha, aunque lo malo, a veces, se note más que lo bueno.
Pues si, tu relato me ha encantado, espero seguir leyendo historias tuyas por aqui, se que debes de tener muchas que contar.
Un besote guapetón.
Wapai
Chica, a mí si que casi me haces llorar con tu respuesta. Y me agrada que te haya encantado mi relato, pero no merezco esos elogios.
Los perros son fieles compañeros, pero yo no los puedo tener a causa de mi edad.
Pues sí aún tengo alguna historia que si no hay novedad espero enviarlas al foro; pero cada cosa a su tiempo.
Muchas gracias, y un besote guapetona.
Suso1